El Ayuntamiento de Reus, molesto por la falta de información sobre el vertido de harinas animales
El alcalde de Reus, el socialista Lluís Miquel Pérez, se mostró ayer especialmente molesto con la Junta de Residuos de la Generalitat por la falta de información con que este organismo ha vertido 835 kilos de pienso de origen animal en las instalaciones de la empresa Corsa, en la autovía de Reus a Salou.
La Junta de Residuos, según explicó ayer el alcalde de la capital del Baix Camp en rueda de prensa, alegó que el pienso vertido procede de los excedentes de diversas empresas que no pudieron comercializar su producto ante la reciente prohibición de la Unión Europea para prevenir la extensión de la enfermedad de las vacas locas.
Lluís Miquel Pérez explicó ayer, tras reunirse con representantes de la Junta de Residuos de Cataluña, que éstos le habían garantizado que los piensos, procedentes de empresas de la provincia de Tarragona, no están contaminados.
Aun así, el alcalde expresó su malestar por el hecho de que la entidad no ha facilitado información al municipio: 'Nadie ha dicho nada, y no hubiera estado mal una llamada telefónica al Ayuntamiento, sobre todo porque esta misma situación se está produciendo en otros sitios de Cataluña'. Por su parte, Daniel Pi, concejal de Medio Ambiente, explicó que una solución al desconocimiento del municipio sobre los vertidos que se realizan en la empresa ubicada en Reus sería la creación de una comisión de seguimiento de las actividades de ésta. La formación de la comisión es una de las reivindicaciones de los ecologistas de la ciudad.
Los responsables del grupo Gepec, que fueron los que dieron la voz de alerta sobre el origen de los vertidos en Corsa, informaron ayer de la presentación de un requerimiento a la Junta de Residuos para que les informen de la procedencia de los diversos tipos de harinas, así como de los procesos de fabricación a que fueron sometidas. Asimismo solicitan información sobre la manipulación del producto en las instalaciones del vertedero y acerca de la cantidad de harinas que está previsto verter en las instalaciones, que según el Gepec podría rondar las 2.000 toneladas.
Los ecologistas recuerdan que los lixiviados generados por el vertedero se tratan posteriormente en depuradoras, y su preocupación radica en que la enfermedad de las vacas locas pueda llegar a la cadena alimentaria, dado que los fangos de la depuradora se utilizan como abono.
La Generalitat prohibió la fabricación de harinas cárnicas el pasado 21 de diciembre, siguiendo una directiva europea, y dictaminó la destrucción de los excedentes de estos piensos en los vertederos de Cataluña. Hasta el momento, en el de Reus se han vertido 835 toneladas.
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