Un curso enseña en Italia a organizar protestas antiglobalización

La ciudad italiana de Génova se prepara para acoger, a finales de julio próximo, una reunión del G-8 (el grupo formado por los siete países más poderosos del planeta, al que se ha unido recientemente Rusia) en un clima novedoso. Por una vez, además de los preparativos convencionales en materia de hoteles, sedes del encuentro y medidas de seguridad para proteger a los ilustres visitantes, se han organizado también cursillos especiales para adiestrar a los manifestantes antiglobalización.

Durante tres días, a partir de hoy, una pacífica maestra de escuela elemental llamada Norma Bertullacelli ofrecerá a los manifestantes lecciones de cómo afrontar las cargas policiales sin salir maltrechos. Bertullacelli, de 48 años, casada y madre de un hijo de 15, explicará a todos los interesados cómo asediar las zonas protegidas por barreras de seguridad, cómo resistir los golpes de las porras policiales y cómo huir de la policía con la máxima celeridad. Bertullacelli preside el Centro de Documentación por la Paz de Génova y es una convencida enemiga de la globalización económica. El centro que preside ha puesto en marcha una red contra el G-8, que incluye un documento programático contra la reunión de los jefes de Estado y de Gobierno y hasta un sitio en Internet (www.controg8.com). La iniciativa cuenta con el apoyo de sectores anarquistas y del Partido de Refundación Comunista, que han decidido manifestarse pacíficamente por las calles de Génova coindiciendo con la reunión del G-8.

El seminario de resistencia ha provocado inmediatas protestas en sectores del centro-derecha italiano, pero la maestra Bertullacelli se lo ha tomado con la mayor naturalidad. 'Para nosotros, se trata de un adiestramiento en la acción directa', explica la profesora al diario Il Corriere della Sera. 'Intentaremos reconstruir los posibles escenarios de las manifestaciones antiG-8. Unos harán el papel de policías, con escudos y porras; otros, el de manifestantes'. Las clases deberían haber comenzado ayer en el salón deportivo del instituto Don Bosco de los padres Salesianos de Génova, pero han tenido que trasladarse a un centro de la zona portuaria ante la negativa de los religiosos a ceder su centro.