Un frío chapuzón de despedida
El temporal de lluvia y frío que azotó la costa vasca propició una gélida despedida de siglo y milenio. Pero el viento y los chaparrones intermitentes no impidieron a algunos mantener las buenas costumbres. Por ejemplo, el baño energético en la playa de La Concha, un hábito que se va extendiendo aunque todavía son pocos los que lo practican. Otros prefirieron el paseo por la arena con el viento en contra, una saludable caminata que ofrece la sensación de estar en alta mar aunque, eso sí, con los pies en la tierra.
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