El Principal de San Sebastián estrena la última obra de Sanchís Sinisterra
El teatro Principal de San Sebastián acogerá hoy el estreno en España de la obra Valeria y los pájaros, del dramaturgo valenciano José Sanchís Sinisterra. A través de un sólo personaje, interpretado por la actriz Laura Cepeda, Sanchís Sinisterra trata de "explorar uno de los poderes del teatro, que es mostrar lo imposible". La protagonista del montaje es una especie de médium que dialoga con los efectos sonoros que la rodean de temas tan dispares como el amor o las dictaduras sudamericanas.
Laura Cepeda aclaró que Valeria y los pájaros no es un monólogo al uso, ya que siempre está acompañada en escena por una docena de voces que interpretan otros actores, entre los que se encuentran Carlos Hipólito, Manuel Tejada o Carmen Conesa. "Es una vuelta a la esencia del teatro, que es contar historias a través de las palabras, sin la competitividad feroz con la imagen", opinó la actriz. El autor de ¡Ay, Carmela!, su texto más famoso y premiado, resaltó su interés por explorar en Valeria y los pájaros, desde el punto de vista de "la técnica de la dramaturgia", la forma de "crear una trama compleja con el mínimo de elementos", lo que le condujo a abordar "el asunto de los ausentes".
"El teatro es una especie de apoteosis de la ausencia, ya que cuanto menos hay más aparece y cuanto más sustraes algo crece con mayor intensidad", dijo Sanchís Sinisterra.
Sobre el argumento de la obra, el Premio Nacional de Teatro 1990 explicó que al principio, cuando comenzó a escribir el texto, tenía más relación con una historia de amor. Pero, como le ocurre siempre el primer esbozo de la obra fue creciendo de forma autónoma, como si tuviera vida propia, explicó Sanchís Sinisterra, hasta que el contenido fue cobrando carácter de trama política.
Así, la protagonista habla con las voces que la rodean -los pájaros de los que habla el título de la obra y los espíritus de las personas fallecidas- de amor, pero también de las tragedias humanas sufridas a causa de las dictaduras.
En este sentido, admitió que el hecho de que escribiera esta obra en 1992 mientras viajaba por países de Latinoamérica le hizo aflorar el asunto de los desaparecidos en los regímenes dictatoriales.
"Es aparentemente una comedia de tresillo", ironizó el autor, que sustentó su opinión en que el "pequeño microcosmos" en el que se desarrolla la acción es una típica sala de estar familiar. "Sin embargo", precisó, "a medida que la búsqueda de Valeria avanza, la obra adquiere un giro dramático".
