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La 'Mir' pierde durante 21 horas el contacto con el centro de control

Dos astronautas se entrenan para ir a la estación en caso de urgencia

, Moscú La jornada de ayer fue dramática en el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia, que desde la tarde del lunes había perdido contacto con la estación espacial Mir, deshabitada desde el verano pasado. A pesar de la seriedad de la situación, los responsables subrayaron que no había peligro de una caída incontrolada de la Mir. Las comunicaciones con la base espacial fueron restablecidas en la tarde de ayer, tras casi 21 horas de incertidumbre.

El centro de control había estado tratando de entrar en contacto con la Mir desde las 16.41 del lunes, hora peninsular española, pero durante casi un día fue en vano. Los insistentes intentos realizados el lunes fracasaron, como también los que se hicieron en la mañana de ayer. Pese a todo, Paco Rabanne, el modista que había pronosticado que la estación orbital rusa caería en medio de París, no tenía motivos para preocuparse, porque los especialistas siempre descartaron que la Mir pudiese precipitarse de modo incontrolado. El centro de control aseguraba que continuaba vigilando con "medios terrestres de observación" el vuelo de la que durante 14 años fue la única casa espacial.A las 13.45 de ayer, después de casi 21 horas de silencio, se pudo restablecer la comunicación por unos breves instantes, suficientes para comprobar que en la Mir no había ninguna situación de emergencia. Una hora y media más tarde, el centro de control estableció un segundo contacto, de 17 minutos. A partir de entonces, los especialistas pudieron respirar con alivio: no había ocurrido ninguna deshermetización de la estación, y tanto el "régimen térmico" como el eléctrico eran normales. La estación giraba en estado seguro a 315 kilómetros de altura.

La situación, sin embargo, puede repetirse, y si se pierde definitivamente el contacto con la Mir podría ser necesario enviar a la estación orbital una nave Soyuz con los fontaneros Salizhán Sharípov y Pável Vinográdov. Ambos astronautas, así como sus suplentes, Talgat Musabáyev y Yuri Baturin, están terminando su preparación para volar en caso de que la nave de carga Progress no logre acoplarse automáticamente a la Mir en enero. Esa nave debe llevar a la estación el combustible necesario para sacarla de su actual órbita y dirigirla hacia el océano Pacífico entre el 27 y el 28 de febrero. Todos los esfuerzos por encontrar financiación que permitiera continuar explotándola fracasaron.

Mientras tanto, otra nave, la Progress M1-4, se acopló ayer a la Estación Espacial Internacional (ISS). La maniobra la llevó a cabo el astronauta ruso Yuri Guidzenko. La nave había sido separada el 1 de diciembre para que el transbordador Endeavour pudiera atracar en la ISS.

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