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Israelíes y palestinos se disponen a aceptar con condiciones el plan de paz de Clinton

Israelíes y palestinos se disponen a aceptar bajo condiciones el plan de paz propuesto el pasado fin de semana por el presidente Bill Clinton, según se asegura en círculos políticos de Jerusalén. Las respuestas del presidente Yasir Arafat y el primer ministro Ehud Barak al mandatario de la Casa Blanca se harán públicas hoy, según el plazo impuesto por Clinton. Estas contestaciones no servirán para desatascar el proceso de negociación, ya que serán el punto de partida de nuevas transacciones, lo que alarga el proceso y exaspera a una población palestina que ya sólo parece confiar en el triunfo de la Intifada.

Hoy finaliza el plazo que Clinton dio a Arafat y a Barak para que se pronunciaran en torno a un plan de paz, diseñado por la Administración estadounidense, con el que se pretende dar una salida equilibrada a cada uno de los puntos más conflictivos del proceso de paz. El plan de Clinton es una declaración de principios e intenciones para cada uno de los principales contenciosos (Jerusalén, refugiados, fronteras, territorio y seguridad, entre otros) cuya concreción y aplicación deberá ser posteriormente negociada, en un proceso similar al llevado a cabo en los últimos siete años con los Acuerdos de Oslo, y que podría durar hasta tres meses.La fórmula de Clinton acota y circunscribe el terreno de la negociación, pero al mismo tiempo dilata y prolonga las conversaciones indefinidamente, lo que podría provocar la exasperación de la población palestina, que se niega a abandonar la Intifada y empieza a dar muestras de desconfianza hacia sus líderes políticos, en especial respecto a la conducta de Arafat.

"Israelíes y palestinos están obligados a dar una respuesta positiva al plan de Clinton en líneas generales, aunque todo el mundo da por hecho que harán matizaciones", se aseguraba ayer en círculos políticos de Jerusalén, donde se apuntaban como puntos más propensos a ser matizados los que se refieren a la Explanada de las Mezquitas, el control del valle del Jordán, los refugiados y la devolución de territorios. Anoche, fuentes palestinas aseguraban que Arafat dirigirá una carta a Clinton con reservas a la propuesta.

Por su parte, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Shlomo Ben Ami, puso sus miras más allá de todas estas dificultades y dijo que un acuerdo con los palestinos exigirá mecanismos internacionales de control" y "el despliegue de una fuerza internacional en la frontera con Jordania".

El plan de Clinton prevé que, con las seguras matizaciones y reticencias, se abra un turno de conversaciones que llevarían por separado a Barak y a Arafat a la Casa Blanca la próxima semana para entrevistarse con el presidente y sus asesores. El siguiente paso, una vez pulido el texto, será la celebración de una cumbre tripartita y la firma formal del pacto antes del próximo 20 de enero.

La aplicación del plan está supeditada, sin embargo, a la política israelí: el resultado de las elecciones a primer ministro, el 6 de febrero, y la actitud de un Parlamento que se ha mostrado dispuesto a bloquear por todos los medios el proceso de paz. El fiscal general, Elkayim Rubinstein, recordaba ayer que Barak sólo está autorizado a firmar "un acuerdo incial", y que su ratificación depende del Gobierno y del Parlamento.

Pero aún hay más obstáculos: las ofertas y los compromisos verbales del Gobierno israelí hacia los palestinos están provocando la ira de la derecha nacionalista, que amenaza con organizar importantes movilizaciones. El primero en protestar ha sido el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, uno de los más radicales del nacionalista Likud, que ayer anunciaba su intención de trasladar el despacho oficial durante una semana al Muro de las Lamentaciones para reivindicar así el control judío sobre la Ciudad Vieja y negarse a la partición.

Desde Damasco, los grupos de oposición a Arafat aseguraban ayer que la propuesta defiende de manera descarada los intereses de Israel. Para ellos, "la propuesta significa un retroceso importante sobre sugerencias anteriores".

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