La futura ley urbanística atacará la retención de suelo para especular
Agente urbanizador
El anteproproyecto de ley urbanística que está elaborando el Gobierno vasco pretende romper con la rigidez del mercado de suelo y evitar que los especuladores retengan el terreno ante situaciones de escasez de demanda para evitar que los precios caigan. Así, el documento introduce como principal novedad el agente urbanizador, una figura que podrá sacar solares al mercado sin ser propietario del terreno y que permitirá agilizar el paso de suelo urbanizable a urbanizado para poder construir. Al acortar los plazos, es previsible que aumente la oferta de suelo y con ello la construcción de pisos, aliviando así la presión de la oferta.El Departamento de Vivienda ha sondeado al sector y a los partidos de la oposición antes de llevar el texto al Consejo de Gobierno. Aunque la demanda de una ley urbanística se remonta a varias legislaturas, la consejería que dirige Patxi Ormazabal lo tiene complicado para sacar adelante el proyecto, dada la minoría en la que se encuentra el Gobierno en el Parlamento y al hecho de que la oposición no está dispuesta a prestarle su apoyo. La futura ley debe refundir hasta siete leyes aprobadas desde 1994 para poder cubrir el vacío legal que dejó la sentencia del Tribunal Constitucional, al derogar las disposiciones de la Ley de Suelo estatal sobre urbanismo por estimar que estas competencias corresponden a las comunidades autónomas. Ahora se tira de la legislación básica, es decir, sólo el Estado es competente para dictar disposiciones en ese terreno.
En Euskadi, la mala gestión de los terrenos disponibles en unos casos y la especulación en otros provocan grandes subidas. La vivienda se ha encarecido un 20,4% en un año. Cómo conseguir suelo barato y, sobre todo, como evitar la especulación y eliminar la lentitud de los trámites burocráticos para urbanizar un solar sigue siendo la clave.
El texto introduce la figura del agente urbanizador para separar la gestión del suelo de la propiedad
Con el agente, se separa la propiedad del suelo de la gestión. Es decir, el dueño del solar tiene asegurado cobrar por su pripiedad (bien en metálico o en parcelas), pero no su participación en el desarrollo del sector. Antes el propietario podía impulsar el plan o bien actuar de una manera más negativa y paralizarlo, a través de recursos. El ayuntamiento sacará a concurso público el suelo que le interese y el promotor que mejor oferta realice tendrá el derecho de urbanizarlo y gestionarlo, convirtiéndose así en el agente urbanizador. A cambio, se llevará una serie de parcelas y otras se entregarán a los propietarios como compensación. La ventaja de la gestión profesional es que garantiza que se va a poner en uso el suelo en un plazo de tiempo razonable. Esta agilización de la gestión debe incidir favorablemente, confía el departamento, en la oferta de viviendas.Otro de los aspectos novedosos es el de los cauces que abre para la participación ciudadana durante el proceso de elaboración del plan general de ordenación urbana de un municipio.El documento contempla incluso la posibilidad de instalar un local de atención al público. La tramitación de este tipo de planes se abrevia y los seis meses actuales de que dispone la diputación correspondiente para su aprobación definitiva pasarán a ser cuatro.
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