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Los vertidos de alpechín se han reducido en esta campaña a un tercio

Aguas de lavadoras

Los vertidos de alpechín (sustancia altamente contaminante que surge de la conversión de la aceituna en aceite) han dejado de ser el principal problema medioambiental de Jaén. En esta campaña, la Delegación de Medio Ambiente ha contabilizado cuatro vertidos frente a los 15 de la misma fecha del año pasado. Esto supone una reducción a un tercio, que se debe a las inversiones realizadas en las industrias, que han sustituido prácticamente en el 100% de los casos el tradicional sistema de tres fases por el de dos, que ya no produce alpechín, aunque sí una nueva sustancia denominada alperujo. La inversión realizada por las almazaras supera los 50.000 millones de pesetas en la última década, sufragados fundamentalmente a través de fondos comunitarios.La Delegación de Medio Ambiente destaca que se ha producido un cambio fundamental en la mentalidad de los industriales. Las campañas de control a que han sido sometidos, junto a las ayudas para la modernización de las empresas, ha llevado a cambios en las más de 300 almazaras que durante estos días trabajan en la provincia de Jaén.

En 1996 se presentaron desde Medio Ambiente un total de 153 propuestas de sanción a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), el organismo con capacidad para multar, mientras que en 1998 la cifra bajó hasta 27. Medio Ambiente ha tramitado en los últimos 10 años 714 denuncias ante la CHG por vertidos a ríos, por filtraciones en las balsas de almacenamiento o por roturas en las conducciones.

Además, no sólo se ha producido un descenso en el número, sino en la carga contaminante de los vertidos detectados. Este año las denuncias han sido por echar en cauces públicos aguas de lavadoras, no alpechín puro. La causa de los cuatro vertidos que se han producido en esta campaña ha sido la rotura de tuberías, accidentes ocurridos cuando se transportaba el líquido y no vertidos deliberados de los propios empresarios. Este caso sí se producía años atrás cuando no se tenía en cuenta el impacto medioambiental que generaba el alpechín en los ríos.

El alpechín que llega al agua acaba con el oxígeno. La carga contaminante de los vertidos de hace 10 años se ha reducido ya a menos de la mitad. Esta contaminación se mide a través de la Demanda Química de Oxígeno (DQO) de un vertido, que en 1990 se situó en un máximo de 130.000 miligramos por litro y en 2000 se ha quedado en 46.500.

La transformación de las almazaras está trasladando el problema del alpechín hasta las orujeras, que ahora se encuentran con el alperujo, un producto que almacenan y llega mojado. El año pasado la campaña de la aceituna generó 270.000 metros cúbicos de alpechín y 720.000 toneladas de alperujo, cantidad que se verá ampliamente sobrepasada en esta por el doblado incremento de producción que se espera.

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