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El Síndic cuestiona la capacidad del Consell para cobrar 135.372 millones. Sanidad elevó su presupuesto 60.000 millones en 1999 y dejó de contabilizar pagos por 56.000

El informe de la Sindicatura de Comptes sobre la gestión de la Generalitat durante 1999 alerta sobre el volumen de ingresos pendientes que se consignan en los presupuestos y reitera que deben revisarse las expectativas de cobro. A principios de 1999, la Generalitat incorporó a sus cuentas más de 256.000 millones de pesetas como ingresos pendientes, pero sólo cobró 41.000. La muestra de la Sindicatura detecta muchas facturas que no se sostienen y extiende la "incertidumbre" sobre la capacidad del Consell para cobrar hasta 135.372 millones.

Desfase en farmacia

La mecánica de las cuentas públicas es la misma que rige para las cuentas domésticas. No se puede gastar más de lo que se ingresa. Sin embargo, el informe de la Sindicatura de Comptes correspondiente al ejercicio 1999 revela que la Generalitat mantiene vivas expectativas de ingreso que resultan más que dudosas mientras que gasta por encima de lo que puede asumir.José Antonio Noguera de Roig, Síndic de Comptes, cumplió ayer el ritual y entregó el informe de fiscalización de la gestión pública de la Generalitat a la presidenta de las Cortes Valencianas, Marcela Miró. Poco después acudió al Palau de la Generalitat. El Síndic apenas comentó que el informe de los técnicos establece que las cuentas "son un poco mejores" que en ejercicios anteriores.

Vicente Rambla, consejero de Hacienda, celebró que el informe constituye "un aval muy importante a la gestión económica y financiera del Gobierno valenciano". Pero lo cierto es que algunas recomendaciones recogidas en el documento resultan demoledoras si se atiende al volumen de las cifras.

La clave para jugar con las expectativas de ingreso en las cuentas reside en una figura creada en 1994 por la Generalitat bajo la denominación de derecho definido (DD). Los DD registran un ingreso futuro y deben reunir, como mínimo, tres características: debe existir constancia documental del acontecimiento que da lugar al derecho de cobro; debe establecer un valor "cierto y determinado" del volumen del ingreso previsto; y debe determinar con claridad al deudor.

Las cuentas de la Generalitat de 1999 incorporaron ingresos pendientes de cobro por un importe superior a los 256.000 millones que se arrastraban desde años anteriores. A lo largo del ejercicio, la Generalitat logró ingresar 41.000 millones y anuló facturas por un valor de 15.800 millones. A finales de 1999, pues, los ingresos pendientes arrastrados desde ejercicios anteriores se elevaban a 199.000 millones.

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Según el informe del órgano fiscalizador, 135.372 millones de pesetas, un 68%, siguen incorporados a las cuentas como DD. El restante 32%, una cantidad de 63.708 millones, ya había pasado a fases contables más tangibles, en calidad de "derechos reconocidos" por el deudor correspondiente, o incluso de "ingresos propuestos".

El problema surge cuando los técnicos de la Sindicatura revisan aleatoriamente los documentos que soportan los DD. Según el informe, "varios documentos contables revisados, que suponen el 31% del saldo de derechos definidos, se encuentran soportados por documentación insuficiente o inadecuada". El informe también reseña que algunos documentos no están firmados.

Más adelante, el informe explica que el análisis de la documentación justificativa de ciertos DD que soportan el 20% del saldo de ingresos pendientes resulta "insuficiente". También alerta sobre un único DD que soporta 44.981 millones de ingresos pendientes y que responde a un convenio firmado el 29 de diciembre de 1999 entre la Generalitat y el Ministerio de Hacienda para "la financiación de determinadas obras ya ejecutadas en la Comunidad Valenciana".

El informe de la Sindicatura de Comptes revisa los ingresos pendientes correspondientes a años anteriores a 1999. La Seguridad Social es el organismo que más debe a la Generalitat. A finales de 1999, Hacienda esperaba ingresar 104.190 millones. Las cantidades arrastradas de años anteriores son relativamente homogéneas salvo en un caso. La factura que la Generalitat pasó a la Seguridad Social en 1996 sumaba 56.232 millones, una cifra que rompe cualquier molde. El Síndic, en el tono mesurado que caracteriza su informe, explica que el saldo se debe a "la compensación de desequilibrios territoriales [la atención sanitaria a desplazados no residentes en la Comunidad Valenciana], según se recoge en la memoria de ingresos".

No corresponde al informe recordar que José Luis Olivas, entonces consejero de Hacienda, anuló en abril de 1996 ingresos pendientes de cobro que la Generalitat requería al Estado por una cantidad muy similar. Pero sí comenta "en relación con los derechos con origen en el ejercicio de 1996", que en conjunto suman 74.980 millones, que "se han anulado 7.706 millones, mientras que los derechos cobrados ascienden a 3.314 millones de pesetas, lo que determina un nivel de realización reducido que podría crear incertidumbres razonables sobre la cobrabilidad de esos derechos".

El comentario sobre la escasa ejecución de los derechos pendientes se traslada al conjunto del presupuesto: "El grado de realización al cierre del ejercicio es del 17%. Este grado de realización se considera bastante reducido". De modo que sugiere revisar el soporte documental de los derechos pendientes e intensificar las gestiones para cobrar los más antiguos. También recuerda que "no deben utilizarse para la financiación de gastos los derechos pendientes de cobro que se consideran de difícil o imposible realización". El problema se agrava cuando la falta de eficacia a la hora de cobrar las facturas emitidas se combina con la necesidad de atender gastos que desbordan las previsiones.

El informe del Síndic correspondiente a 1999 dedica un seguimiento específico al Servicio de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad. La fiscalización de la gestión detecta que el presupuesto inicial para asistencia sanitaria, que se elevaba a 396.000 millones, tuvo que ser revisado al alza a lo largo del ejercicio algo más de un 14% y sumó efectivamente 454.000 millones.

El informe especifica que las transferencias corrientes, que soportan entre otras cosas el gasto farmacéutico, crecieron por encima del 34%, desde una dotación inicial de 121.000 millones hasta 163.000. También crecieron los gastos de personal y funcionamiento mientras que se recortaron las inversiones reales, un 14%, y las transferencias de capital, que soportan las inversiones de terceros, en un 25,5%.

A pesar del notable crecimiento del gasto sobre el presupuesto inicial, que ronda los 60.000 millones, la fiscalización de las cuentas de Sanidad revela que "las obligaciones no reconocidas a 31 de diciembre, por falta de crédito" asciende a 56.246 millones.

Es decir, Sanidad ha tenido que afrontar gastos que no ha podido cuadrar en su contabilidad, porque no tenía fondos suficientes para cubrirlos, que suman más de 56.000 millones. El Síndic detalla el origen del desfase: "Las obligaciones no reconocidas en el capítulo segundo se componen de 34.373 millones de pesetas, derivadas de adquisiciones de bienes corrientes y servicios de los centros de asistencia especializada así como por prestaciones externas concertadas".

La segunda partida en la que se acumulan los pagos que no se pueden cuadrar en la contabilidad oficial es la de transferencias corrientes, donde el desfase suma "20.402 millones de pesetas que corresponden a las facturación de los meses de noviembre y diciembre de 1999 de las prestaciones de farmacia y 1.376 millones de pesetas a gastos de prótesis, vehículos para inválidos y otras transferencias".El informe intenta salvar la cara a los responsables de Sanidad cuando recuerda que las obligaciones no reconocidas se han reducido ligeramente con respecto al ejercicio de 1998, cuando sumaron 58.925 millones. Y destaca que "la reducción más importante se ha producido en los gastos de prestación farmacéutica, que han pasado de 37.506 millones de pesetas correspondientes a la facturación de farmacia de los meses de septiembre a diciembre de 1998 no registrada en los presupuestos de ese año, a 20.402 millones de pesetas en 1999".

Sin embargo, poco antes, el informe recordaba que mientras que el presupuesto oficial de Sanidad había crecido un 14,7% durante 1999, debido esencialmente al crecimiento del gasto en prestaciones farmacéuticas, en el ejercicio anterior apenas se había revisado al alza en un 3,3%.

El hecho es que el presupuesto de Sanidad aprobado esta semana en las Cortes para 2001 es apenas 10.000 millones superior al gasto oficial correspondiente a 1999, y queda muy por debajo, unos 44.000 millones, si se suman las obligaciones no reconocidas por falta de crédito.

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