¿Y la semana pasada?

El pasado lunes 18 de diciembre (día de Nuestra Señora de la Esperanza, por cierto), ETA colocó en uno de los ascensores de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación un paquete con tres kilos y medio de dinamita. No logró su objetivo, pero interrumpió gravemente la normalidad de toda la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea. Pero, ¿cuál era el panorama en nuestra Facultad la semana pasada? A nuestro centro acuden cada día cerca de 3.000 estudiantes, 250 profesores, 35 personas se encuadran dentro del colectivo de Personal de Administración y Servicios (que nosotros llamamos PAS), y una veintena de becarios. Las aulas se ocupan sin descanso durante 12 horas al día. Los laboratorios -tres platós de televisión, cinco estudios de radio, tres de fotografía, tres salas de ordenadores y otras dependencias- mostraban una ocupación plena. La videoteca atendió durante esa semana más de 300 consultas de alumnos que solicitaron el visionado de películas, documentales o anuncios. Esa misma semana llegaba a todos los buzones de la Facultad un folleto con los contenidos de Zer, nuestra revista de estudios de comunicación, en cuyo último número son abordados temas como la televisión, el marketing, los libros de estilo de los grandes diarios, la situación laboral de los profesionales de los medios, el nacionalismo y el deporte. Esa misma semana 450 estudiantes de cuarto curso se debatían consigo mismos para elegir un buen destino de prácticas en las más de cien empresas que desean cotejar cada semestre la preparación de nuestros estudiantes, y que participan con generosidad en su formación práctica fuera del aula. Además, un buen puñado de alumnos extranjeros y de otras comunidades de España, asistían a las aulas para continuar su formación en este pequeño país del sudoeste de los Pirineos. No es todo. Las ventanillas de la Facultad están acostumbradas a atender la multitud de demandas de un alumnado activo y avisado de todas las vicisitudes que entraña el anhelo de una formación completa en la que se vuelcan. El profesorado seguía trabajando en sus lecciones, en sus investigaciones, en la atención no solo del alumnado sino de esa sociedad exigente que le demanda opiniones y análisis. No es una farolada decir que nuestra Facultad está muy presente en los medios, y lo está porque las opiniones de nuestro profesorado son demandadas a menudo para esclarecer muchos aspectos. Y los jóvenes, éstos que depositan su confianza en la Universidad pública del País Vasco a fin de ser capacitados para ejercer una profesión. El de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación es un alumnado comprometido con las causas más dispares, que generosamente se entrega para construir un mundo mejor. Los estudiantes de nuestra facultad son gente alegre y dialogante, y curiosa, que se plantea las grandes preguntas de la vida, y las más nimias. Quienes firmamos este artículo somos profesores que en los tres últimos años hemos sido designados para realizar una tarea de gestión en la facultad. Comenzamos formando parte del equipo de Manuel Montero, actual rector, cuando era decano. En estos tres años hemos visto crecer nuestra facultad, hemos sido testigos orgullosos en las ocasiones en que otras facultades de España se han dirigido a nosotros para recabar ayuda y experiencia. Hemos celebrado los premios que grupos de estudiantes han logrado en instancias tan importantes como el Gremio de la Publicidad de Cataluña, la firma Renault o la Federación Española de Comercio Electrónico y Marketing Directo. Además, dos alumnos acaban de traerse el primer premio de vídeo del V Festival de Jóvenes Realizadores de Zaragoza. Y toda esta gran normalidad que hemos vivido y construido con la concurrencia de todas las instancias universitarias, se ha visto rota en mil pedazos precisamente el día de Nuestra Señora de la Esperanza. No podemos tolerarlo.

J. M. Susperregui es decano, Miren Gorrotxategi es secretaria académica y Lucía Martínez Odriozola es vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV-EHU.