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SUCESOS - LA MADRE PIDIÓ AYUDA POR UNA FUERTE DISPUTA

Detenido un hombre tras la muerte de su hija al caer de un quinto piso

Noelia O.T., de 16 años, murió ayer pasadas las cuatro de la tarde tras caer por el patio de luces desde una quinta planta en el barrio de Natzaret. Minutos antes, los vecinos del inmueble oyeron un sinfín de gritos y golpes. La madre salió a la calle a avisar por teléfono a su hija mayor de lo que ocurría en casa. Cuando volvió, las vecinas no dejaron que pasara del zaguán. El cuerpo sin vida de Noelia yacía en la terraza de la planta baja. Arriba, el padre, abría la puerta a otras vecinas diciéndoles: "aquí no pasa nada".

Una familia normal

Cariñosa, encantadora, amable. Esos eran los adjetivos con los que definían ayer las vecinas del número 34 de la calle Ignacio de Zuloaga, en el barrio de Natzaret, a Noelia. Nadie en la finca podía creer lo que acababa de pasar ni tenía la mínima sospecha de que hubiera problemas en la familia de la puerta 18.Noelia, estudiante de bachillerato, regresó a casa sobre las dos de la tarde. Una hora más tarde empezaron a oírse tremendos golpes que los vecinos confundieron con la obra que se realiza junto en la puerta contigua a la de la víctima. Alguna vecina aseguraba también que se escucharon gritos. Pasadas las cuatro, un estruendo alarmó a los habitantes del inmueble. Al asomarse al patio de luces vieron el cuerpo sin vida de Noelia tendido en el suelo de la terraza de la planta baja.

Una de las vecinas del primero se encaminó hacia la quinta planta. "Empezamos a llamar a la puerta. No abría nadie pero se oían ruidos. Y le grité que abriera la puerta, que la policía estaba de camino. Y de pronto, el padre nos abrió diciéndonos que qué queríamos, que no pasaba nada. La casa estaba destrozada, los muebles tirados, cristales rotos, puertas. Un verdadero desastre", relataban.

Entre tanto, según el testimonio de los vecinos, la madre de Noelia había bajado a la calle, al bar de enfrente. Desde allí llamó a su hija mayor, de 19 años, al trabajo para pedirle que viniera.

Cuando regresó a la finca, las vecinas no le dejaron pasar. Noelia ya estaba muerta. Agentes de la Policía Nacional, de la brigada judicial y una ambulancia se personaban entonces en el lugar. Minutos después llegaba al domicilio la hermana mayor de Noelia. La joven era la segunda de cuatro hermanos, el más pequeño de nueve años. A su padre lo definían las vecinas como "un buen hombre, serio y algo parco en palabras pero muy educado, de los que siempre saludan". Y sobre ella, se deshacían en elogios.

"Mi hija", contaba una mujer vecina de la calle, "le dio repaso el año pasado. Era una niña muy maja, muy amable, sonriente y que nunca ha sido problemática de nada, un cielo, vaya". "Era una familia normal", aseguraba la vecina del primero.

El padre de Noelia fue detenido y conducido a comisaria. Fuentes policiales calificaban el hecho de "presunto homicidio". Según las primeras investigaciones, el padre y la hija mantuvieron una fuerte discusión, sin que se sepa el motivo. Por el estado en el que se encontraba la vivienda parece que Noelia se refugió en la terraza interior de la vivienda. De lo que ocurrió en los instantes previos a la caída nada se sabe.

Pasadas las siete de la tarde abandonaba la vivienda familiar cubriéndose la cara la hermana mayor de la fallecida. A las puertas del edificio se congregaron multitud de vecinos y amigos de la joven. El padre de ésta permanecía, al cierre de esta edición, en comisaría.

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