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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Aviso de Greenspan

La Reserva Federal (el banco central de Estados Unidos) no modificó ayer los tipos de interés, pero transmitió un mensaje de que el próximo movimiento será a la baja. Después de cinco años de intenso crecimiento, y cuando los indicadores apuntan a una manifiesta desaceleración de la economía norteamericana, el mensaje del presidente de la Fed, Alan Greenspan, hace presagiar una orientación de la política monetaria menos agresiva que la practicada en los últimos 18 meses. Greenspan se había reunido la víspera con el presidente electo de Estados Unidos, George W. Bush, y éste le había confirmado su empeño en asignar una parte importante del superávit presupuestario a la reducción de impuestos, contrariamente a las preferencias mostradas en varias ocasiones por el presidente de la Fed, más propicio a reducir la deuda pública viva.La decisión de mantener los tipos de interés no significa en modo alguno insensibilidad. Es una muestra más de esa señalización pausada a que nos tiene acostumbrados quien lleva camino de convertirse en el más respetado presidente de la Reserva Federal en toda su historia. Haber reducido los tipos apenas un día después de su entrevista con el presidente electo se hubiera prestado a interpretaciones poco convenientes: desde el entreguismo a la presunción de que la desaceleración de la economía es superior a la real.

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EE UU está dispuesto a bajar los tipos de interés para evitar una recesión

La inflación ha dejado de ser la amenaza principal sobre la mesa de la Fed, que centra ahora su preocupación en evitar una caída brusca de su economía. Las familias norteamericanas tienen una parte importante de su patrimonio en acciones cuya cotización ha registrado severas caídas, lo que no estimula precisamente las decisiones de gasto. La gran cuestión ahora en Estados Unidos es si la desaceleración observada va a derivar en un aterrizaje suave o brusco. Lo prioritario, también para el resto del mundo, es exorcizar el riesgo de un ajuste severo y evitar que el ritmo de crecimiento del PIB de Estados Unidos se contraiga por debajo del 2%. El cambio de tono que se anticipa en la orientación de la política monetaria contribuye a alejar algunas de las amenazas que se ciernen sobre el entorno económico y financiero, dentro y fuera de aquel país. Una vez más, Greenspan envía señales de que va a actuar en un sentido correcto para evitar que se congele la economía.

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