Los nacionalistas dicen que son excluidos del pacto por electoralismo
Trayectoria histórica
Los grupos nacionalistas con representación en el Congreso de los Diputados -CiU, PNV, EA y BNG- reafirmaron ayer su rechazo definitivo al pacto antiterrorista elaborado y suscrito por el PP y el PSOE. Además, los dirigentes de estas formaciones nacionalistas concluyeron, tras mantener contactos bilaterales con representantes del PP y del PSOE -que calificaron de "muy decepcionantes"-, que en realidad los firmantes del acuerdo no querían que otros grupos se sumasen a esa alianza. Los portavoces de esos cuatro partidos acusaron al PP y al PSOE de excluirles premeditadamente de ese frente antiterrorista con la vista puesta en sus intereses electorales en Euskadi.El malestar de CiU por el comportamiento ante este pacto de PP y de PSOE es manifiesto. Su portavoz en el Congreso, Xavier Trias, no lo ocultó en una nueva comparecencia de prensa en la que expuso, en otra declaración formal, la posición contraria de CiU a firmar el acuerdo pese a respaldar, más o menos, el contenido de fondo de los 10 puntos del pacto.
Trias advirtió al presidente del Gobierno, José María Aznar, sin citarle, de que no es la persona más adecuada para apelar a la trayectoria histórica de CiU a favor de la democracia, la Constitución, el Estatuto y la lucha antiterrorista. El portavoz catalán llegó a decir que CiU siempre ha estado en esa actitud y por encima de ciertos partidos, en alusión al PP.Lo que CiU se niega a suscribir, y Trias enfatizó que no insistirá más al respecto, es el "espíritu" excluyente del pacto, particularmente contra el PNV. "La redacción actual conduce a la ruptura social y a la impotencia política", sostiene CiU.
Esta percepción de la coalición nacionalista catalana fue respaldada por las otras formaciones, cada una con sus matices. El PNV arremetió especialmente contra uno de los interlocutores socialistas, el diputado Alfredo Pérez Rubalcaba, por "faltar a la verdad" al comparar el acuerdo bipartidista con el PP con el firmado entre todos los partidos en 1987 en el Pacto de Madrid, precedente del de Ajuria Enea. EA insistió en esa línea y culpó al PP y al PSOE de intentar confundir "nacionalismo y violencia".
La reacción del BNG fue, si cabe, más contundente. Su portavoz, Francisco Rodríguez, conversó con sus homólogos del PP y del PSOE, Luis de Grandes y Jesús Caldera, y sacó una impresión tan negativa de sus comentarios que luego declaró que el verdadero objetivo de esas formaciones al firmar el pacto no es luchar contra el terrorismo sino fomentar el bipartidismo en España como modelo político para socavar y "hostigar" en general a los nacionalismos y, sobre todo, obtener réditos electorales de cara a los próximos comicios en Euskadi.
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