El fin de una rebelión
"Me siento satisfecho. Me sublevé ante un gobierno corrupto en defensa de mi patria y la Constitución", declaró ayer el teniente coronel del Ejército peruano Ollanta Humala Tasso, a su llegada a Lima, tras 48 días de insurrección desde que el 28 de octubre pasado se rebelara con 68 soldados en la ciudad sureña de Tacna.El comandante Humala decidió entregarse voluntariamente a la justicia castrense para hacer frente a los cargos de insurgencia, desobediencia e insulto al superior de los que se le acusa. El comandante pidió el levantamiento de los cargos en su contra y su reincorporación al Ejército. Espera ser amnistiado.
"Estoy aquí para afrontar las acusaciones que me han imputado. He venido a afrontar las acusaciones que tengo en mi contra, de las cuales yo sé que he cumplido en defensa de mis principios, mi patria y mi Constitución", dijo Humala con el brazo levantado en señal de triunfo antes de ingresar a la Defensoría del Pueblo.
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