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EL 'CASO GUSINSKI'

El grupo mediático más crítico con el Kremlin

Guerra de Chechenia

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La policía detiene en Cádiz al empresario ruso de la comunicación Vladímir Gusinski

"Quien no está con ellos está contra ellos. El que quiere distanciarse del poder se convierte en su enemigo". Así definió Vladímir Gusinski ante un grupo de corresponsales extranjeros los avatares de su imperio de comunicación unos días antes de que él mismo pasara 72 horas en la cárcel. Media-Most se ha construido en parte a la sombra del Kremlin y en parte contra el Kremlin.En 1996 el presidente Borís Yeltsin se encontraba con la popularidad por los suelos y temía una vuelta al poder del Partido Comunista. Gusinski y otros seis banqueros y hombres de negocios, después conocidos como los "oligarcas", pusieron todos sus medios al servicio de la reelección de Yeltsin. El Kremlin fue entonces generoso en la concesión de licencias y Media-Most creció como la espuma. Tres años más tarde, Media-Most se había consolidado como el grupo de comunicación independiente más importante de Rusia. Contaba y cuenta con la cadena de televisión NTV, su buque insignia, que tiene el programa político semanal más influyente y de mayor audiencia; la radio Eco de Moscú, la mejor radio informativa rusa; el diario Segodnia; la revista Itogui, y otros medios como la red de televisiones regionales TNT; la televisión por cable NTV Plus; el semanario Sem Dnei (Siete Días), y la revista Karavan Istori.

La crisis de agosto de 1998 supuso un duro golpe económico para Gusinski, que dejó de ser banquero y se concentró en su imperio informativo. La decisión del Kremlin en octubre de 1999 de enviar tropas a Chechenia desató la guerra contra Media-Most, y sobre todo contra la NTV, que ha introducido en millones de hogares rusos el horror de esta campaña bélica.Gusinski ya sabía lo que era enemistarse con el Kremlin. En 1994, los hombres del general Alexandr Korzhakov, jefe de seguridad de Yeltsin, le obligaron a refugiarse en Londres por un tiempo. Con Vladímir Putin en el Kremlin, la enemistad ha ido más lejos y en junio Gusinski pasó tres días en la temible cárcel de Butirska.

Los periodistas de Media-Most dicen que Putin no perdona, ni soporta verse ridiculizado semanalmente por los muñecos del guiñol que emite la NTV. Al líder del Kremlin tampoco le gustan las críticas de medios de comunicación "insubordinados". Según los abogados del magnate, la negativa de Gusinski a dejarse comprar en silencio y a permitir que el principal acreedor de Media-Most (el monopolio del gas Gazprom, cuyos hilos dirige el Kremlin) se hiciera con el control del grupo, ha sido la gota que ha llevado a la fiscalía a emitir una orden de búsqueda y captura que tiene "motivaciones políticas".

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