Un informe revela que murieron tres y no uno de los infectados por 'legionella' en el primer brote

"La letalidad fue del 8,33%". Con este dato contundente, el informe epidemiológico sobre el primer brote de legionelosis en Alcoy elaborado por el Instituto de Salud Carlos III concluye que las muertes entre los infectados por la bacteria entre septiembre de 1999 y febrero de 2000 fueron tres, y no una, como se había hecho público. Un portavoz de la Generalitat señaló ayer que estas personas no murieron como consecuencia de la bacteria, aunque reconoció que sí se les detectó su presencia. Estas dos muertes elevan a siete los fallecidos tras haber sido afectados por legionella.

Insensibilidad

El informe del Instituto de Salud Carlos III -entidad especializada en salud pública vinculada al Ministerio de Sanidad- encargado de analizar el primer brote epidémico que sufrió Alcoy entre el 20 de septiembre de 1999 y el 27 de febrero de 2000 disecciona con detalle todos los aspectos relacionados con el brote. En un apartado se detiene en los síntomas que sufrieron los 36 pacientes afectados -25 hombres y 11 mujeres-. Relata que el 89% tuvieron fiebre, el 55% tos y el 38% cefalea. "Con menor frecuencia presentaron confusión, dolor torácico y síntomas gastrointestinales", señala poco antes de añadir que todos ellos fueron hospitalizados y que "la letalidad fue del 8,33%".Un porcentaje del 8,33% aplicado a los 36 pacientes afectados por el primer brote eleva la cifra de fallecidos a tres pacientes hasta febrero de 2000. De esta forma, el estudio contradice las informaciones oficiales que limitaron el número de personas infectadas que posteriormente murieron en el primer brote a una persona, una mujer de 87 años fallecida en diciembre de 1999. El índice del 8,33% es una cifra de letalidad superior a la media. Un informe de recomendaciones para la prevención y control de la legionelosis editado por el Ministerio de Sanidad en 1999 recoge que la media de mortalidad se encuentra en torno al 5% en casos de epidemia medioambiental. En el caso del brote de Alcalá de Henares, por ejemplo, el boletín epidemiológico que edita el instituto sanitario madrileño recogió una letalidad del 4%, es decir, nueve fallecidos de los 224 casos que se produjeron en el brote. El informe especifica que los nueve fallecidos presentaban "pluripatología significativa".

Estos dos casos nuevos elevan a tres los pacientes infectados por legionella que posteriormente fallecieron durante el primer brote y a siete los infectados por la bacteria que han muerto hasta ahora. De todos ellos, la Generalitat sólo reconoce que en uno de los casos se produjo la muerte a causa de la legionelosis. El único fallecido atribuido directamente a la legionella por el Consell es un hombre de 77 años que ingresó con síntomas de neumonía a causa de la bacteria y murió el 4 de diciembre.

Un portavoz del Consell admitió ayer la existencia de las tres muertes durante el primer brote, pero insistió en que los epidemiólogos "establecen el índice de letalidad pero nunca la causa de la muerte", que corresponde a los médicos clínicos. Para la Generalitat, dentro de los índices de mortalidad se recogen los pacientes fallecidos que han sufrido la enfermedad durante el brote, pero no dicen que la causa del fallecimiento haya sido la legionella.

De acuerdo con esta visión, el resto de muertes no se deben a la bacteria, tal como afirmó Eduardo Zaplana en una comparecencia en las Cortes el 30 de noviembre. Entonces, el presidente de la Generalitat señaló que las "certificaciones" que obraban en su poder le permitían afirmar que la legionella no había sido la "causa directa" de ningún fallecimiento en Alcoy. "Ningún especialista ni científico" ha cuestionado la actuación de la Generalitat, apuntó.

El portavoz socialista en las Cortes, Joaquim Puig, señaló ayer que Zaplana "faltó a la verdad" al negar de forma rotunda que alguna de las muertes producidas hasta su comparecencia hubiera sido causada por la legionella, a partir de la letalidad que recoge el informe del Instituto Carlos III.

Puig señaló que si Zaplana conocía el informe "faltó a la verdad, de lo que tendrá que dar cuenta ante la opinión pública". "Si, por el contrario lo desconocía", añadió, "pone en entredicho el funcionamiento de la Consejería de Sanidad y de sus responsables, con el consejero de Sanidad, Serafín Castellano, a la cabeza". Para Puig, es especialmente grave que, pese al "elevado porcentaje" de mortalidad del primer brote, los máximos responsables del PP, "empezando por Zaplana, hayan preferido girar la cabeza y mirar hacia otro lado, confiados en que el brote desaparecería solo, en lugar de adoptar medidas preventivas".El secretario general del PSPV, Joan Ignasi Pla, también criticó ayer la "insensibilidad" del PP hacia los afectados por el brote de legionella, como muestra que no esté previsto abordar el brote de Alcoy en el oden del día de la reunión que mantendrá hoy el Consejo de Salud, un organismo que hace un año que no se reúne.