_
_
_
_

Unió acusa a Convergència de deteriorar las relaciones en el seno de la coalición

La falta de respaldo de la dirección convergente al presidente del grupo de CiU en el Ayuntamiento de Barcelona, Joaquim Molins, y lo que ello representa de hostigamiento al sector moderado del partido de Jordi Pujol, ha acabado por agotar la paciencia y los ánimos de sus socios de Unió (UDC). Con la vista puesta en su congreso del próximo sábado, los dirigentes democristianos alertaron ayer sobre el paulatino deterioro de las relaciones entre ambos partidos y conminaron a CDC a no introducir "elementos de desconfianza" en la coalición.

"No podemos continuar mucho tiempo en la actual situación". La rotundidad de la frase, pronunciada ayer por el portavoz de Unió Jordi Casas, ejemplifica hasta qué punto los democristianos recelan de esta nueva etapa que se ha abierto en Convergència con la elección de Artur Mas como secretario general y delfín de Pujol. No sólo por el freno que supone para las aspiraciones de Josep Antoni Duran Lleida, sino porque los democristianos creen que CDC se encarrila hacia una radicalización de sus posiciones más nacionalistas, con la consiguiente pérdida de la centralidad política, y asisten con desconfianza al incremento de poder del sector soberanista, en detrimento de los moderados y roquistas. "No sé si hoy diría lo mismo que a la mañana siguiente del congreso de Convergència", advirtió Casas. Entonces, el portavoz democristiano se deshizo en elogios hacia sus socios, a quienes felicitó por haber "cohesionado y unificado" todas las tendencias Ayer, en el comité de gobierno de Unió, no fueron pocas las voces que criticaron con dureza los últimos movimientos de sus socios a raíz del conflicto desatado por la presidencia convergente de la federación de Barcelona y el acoso contra Molins. "No entiendo", afirmó Casas en rueda de prensa, "por qué ahora se tiene que cuestionar a Joaquim Molins y ponerle un plazo para que decida su futuro". Casas censuraba así la forma en que Convergència, a espaldas de Unió, ha manejado la crisis de Barcelona y el hecho de que los líderes de CDC se mostraran a favor de nombrar otro candidato de su partido. "Si hay que nombrar a alguien, se supone que lo tenemos que decidir entre los dos partidos", añadió.

En este sentido, Duran Lleida, en declaraciones a Catalunya Ràdio, manifestó que su partido estaría dispuesto a encabezar la lista de CiU en Barcelona en las elecciones municipales de 2003. Él no sería el candidato, según se apresuró a afirmar en la reunión del comité de gobierno. "Yo soy de Lleida", matizó. Tampoco a Núria de Gispert, consejera de Justicia, le hizo ninguna gracia que alguien señalara que ella sí es de Barcelona. "Yo no, yo no quiero ser candidata", respondió.

El episodio de Barcelona es, para los dirigentes de UDC, una muestra de cómo no deben funcionar las relaciones en el interior de la coalición nacionalista. Por este motivo, insisten en la necesidad de iniciar cuanto antes -en enero, tras la celebración del congreso de este sábado- la negociación del nuevo modelo. "Que la coalición tiene que replantearse es evidente", dijo el portavoz de Unió, "pero para mejorar y ajustar los mecanismos de toma de decisiones". Y calentó más el debate al señalar que Unió se opone a refundar la coalición con criterios númericos, entre otros, el del número de militantes, tal y como propone CDC y quedó recogido en la ponencia de organización aprobadas en el congreso de noviembre. Unió Democràtica se dedicará este sábado a reforzarse. Para ello, Duran Lleida pidió unidad a todo el comité de gobierno.

Ayer, en declaraciones a Radio Barcelona, de la cadena SER, Artur Mas negó que la desconfianza impregne las relaciones entre ambos partidos y se mostró partidario de mejorar las relaciones en la coalición. No obstante, matizó: "La relación no es mala, tampoco es óptima, pero si las cosas se quedaran como están, tampoco supondría ningún descalabro".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_