Alemania logra más poder en la UE
El canciller Schröder consigue para su país mayor peso para bloquear decisiones en la Unión
Fuerza para controlar
ENVIADO ESPECIAL. La cumbre europea de Niza pasará a la historia porque los principales líderes de la UE pactaron que Alemania se convierta en el país con mayor poder de decisión.
Un alto precio a pagar
El canciller Gerhard Schröder lo consiguió sin herir a Francia: Berlín seguiría teniendo en el Consejo de ministros de la UE los mismos votos que París, Londres o Roma, pero, gracias a su peso demográfico, sólo Alemania podría bloquear decisiones junto a otros dos grandes. Sin el apoyo de Berlín, tendrían que ser cuatro los países que se pongan de acuerdo para bloquear. Portugal, Bélgica y Finlandia impedían esta madrugada un acuerdo final, por considerar "inaceptable" el peso de los grandes.
La cumbre más larga de la historia de la UE proseguía esta madrugada, pero desde mediodía los principales dirigentes europeos, incluido el presidente francés Jacques Chirac, admitieron que Schröder saldrá de Niza como el verdadero ganador de este Consejo Europeo. La fórmula partió de una propuesta de la presidencia francesa a la hora de repartir los votos en el Consejo. Los cuatro grandes tendrían el mismo número de votos (30 sobre un total de 339), pero toda decisión podría ser bloqueada por un grupo de países que represente a un 38% de la población de la UE.
Alemania, con 82 millones (17,05% de habitantes de la Unión), adquiriría así tal fuerza que, como dijo un portavoz del Consejo, Berlín prácticamente "tendrá el control del Consejo". De rebote, la nueva cláusula dejaría en evidencia a España, que llegó con la meta de que su peso fuera igual al de los grandes. Sin embargo, España (8,18% de la población de la UE) necesitaría siempre tres socios más para bloquear, aunque uno de ellos sea Alemania, si la fórmula es aprobada definitivamente. "Ha sido la venganza francesa", insistía ayer un portavoz de la Comisión, al recordar que España apoyaba que Alemania tuviera más votos que Francia.España cedió también en otro de sus objetivos: mantener el veto en cohesión. Según fuentes británicas, poco antes de las nueve de la noche se logró un consenso para que los temas relacionados con los fondos de cohesión pasen a ser aprobados por mayoría y no por consenso. Eso sí, España obtuvo garantías de que eso no ocurrirá hasta que se haya aprobado el paquete financiero del periodo 2007-2013 y los reglamentos de los fondos estructurales.
Con el nuevo reparto de poder, Schröder ha empezado a romper el equilibrio que París y Berlín han mantenido desde el origen de la UE, y que los franceses han intentado mantener a toda costa.
Pero Berlín logró también el segundo objetivo que se fijó para Niza, una vez que los líderes europeos aceptaron que en 2004 se fije el reparto de competencias entre las instituciones europeas y los Estados. No sólo eso, saltándose lo previsto en el Tratado de Ámsterdam para que la Eurocámara no supere nunca los 700 miembros (ahora tiene 26), Alemania consiguió que en el reparto de escaños para la UE ampliada le correspondan 99, los mismos que ahora. Todos los Estados de la UE actual pierden una media de un 20% de escaños a favor de los nuevos miembros de la Unión.
Tras la encarnizada batalla del sábado entre países grandes y pequeños sobre la futura composición de la Comisión, ganada a pulso por los más débiles, la jornada de ayer se inició con un fuerte contraataque de los poderosos. Dado que no habrá una Comisión reducida, pese al empeño de los más poblados, Francia logró sacar adelante una propuesta para reforzar el papel del presidente de la Comisión, quien podrá nombrar comisarios y vicepresidentes y distribuir competencias. Así, los comisarios de países pequeños desempeñarán, con seguridad, papeles muy secundarios en el Ejecutivo comunitario. Además, "un miembro de la Comisión dimitirá si el presidente, tras la aprobación del Colegio, lo pide", añade el texto propuesto.
El Consejo supuso un fuerte incremento del peso de los grandes frente a los pequeños en relación con la situación actual. "Se nos cobra un precio muy alto", dijo un miembro de la delegación de Portugal, el país más combativo. De paso, la propuesta resolvía dos graves litigios pendientes del sábado y equiparaba en votos a España y Polonia.Bélgica y Austria presentaron sus contrapropuestas. Visto que el acuerdo no era posible, los Quince aparcaron el problema de los votos y aprobaron el resto del Tratado. Por la noche, y con todos los demás puntos resueltos, se reanudó la discusión sobre el reparto de votos. El primer ministro postugués, Antonio Guterres, advirtió de que consideraba "inaceptable" la propuesta, tesis a la que se sumaron Bélgica y Finlandia. Los tres rechazan que sólo tres países puedan bloquear una decisión.
Chirac amenazó con suspender la reunión hasta dentro de unos días. La reunión se levantó unos minutos para mantener contactos bilaterales. Pasadas las tres de la madrugada, las espadas seguían en alto. La última propuesta rebajó en uno el número de votos de los países más grandes y aumentó en un sufragio el de algunos pequeños. Por ejemplo, concedía a los cuatro grandes 29 votos; a España y Polonia, 27; a Holanda, 13; y a Bélgica, Portugal, Suecia y Grecia, 12.
Fue un ejemplo más de lo complicado que es manejar una UE con sólo 15 Estados y, por tanto, de los graves impedimentos que pueden presentarse cuando la Unión tenga 27 miembros o más.
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