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Tribuna:BROTE DE LEGIONELOSIS
Tribuna
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'Legionella': 14 meses de silencios e incompetencia

La epidemia de legionelosis de Alcoy ha puesto de manifiesto no solo la ineficacia del gobierno valenciano presidido por Eduardo Zaplana, sino la actitud de él mismo y de los consejeros responsables de Sanidad y Medio Ambiente ante la situación: absoluta opacidad informativa, querer ocultar el problema recurriendo a prácticas propias de gobiernos dictatoriales en los que se oculta a ciudadanos y ciudadanas la información sobre temas que les afectan y así los problemas ya no existen.La epidemia comienza en septiembre de 1999 y se mantiene todavía hoy. Un total de 143 casos, de los cuales 5 han fallecido, es la consecuencia de la desidia y la incompetencia del gobierno valenciano frente a este problema de salud pública que no han sabido atajar.

La evidente falta de coordinación de las consejerías de Sanidad, de Medio Ambiente y del Ayuntamiento de Alcoy no puede caer en saco roto a la hora de analizar las responsabilidades ante la situación generada.

Frente a un problema de salud pública, es la autoridad sanitaria, en este caso la Consejería de Sanidad, la que ha de intervenir y dirigir el estudio y la posterior aplicación de medidas para terminar con la epidemia. Laboratorio y técnicos de Medio Ambiente han de ser instrumentos que bajo la dirección de la autoridad sanitaria, realicen cada uno su cometido específico.

No ha habido sensibilidad ante la epidemia por parte del gobierno valenciano, que ha estado, sin duda, estos 14 meses y también antes y sigue ahora, preocupado por otras cuestiones. Seguramente los problemas de salud pública son para ellos problemas menores que no requieren su atención, centrada ésta en cómo trasvasar en el menor tiempo posible el máximo de recursos económicos hacia la sanidad privada en detrimento de la pública.

Tampoco se han creído nunca lo de la participación de los ciudadanos y ciudadanas ni en los temas de salud ni en cualquier otro. Al Consejo de Salud del área sanitaria de Alcoy se le ha ocultado sistemáticamente la información, se le han contado historias cuya única finalidad era confundir a sus miembros y por tanto al pueblo de Alcoy al que representan. Representantes municipales, sindicales, de organizaciones ciudadanas, etcétera no se han enterado de nada y por tanto tampoco han podido colaborar en la resolución de un problema que es de todos. La participación ha quedado, una vez más, en agua de borrajas.

¿Se conoce ya el estudio epidemiológico de la epidemia? Por lo publicado hasta ahora en la prensa valenciana, sabemos de la existencia de un informe epidemiológico sobre el denominado primer brote de la epidemia, elaborado por el Centro de Salud Pública de Alcoy, la Dirección General de Salud Pública y el Instituto de Salud Carlos III. En el mismo se llega a una serie de conclusiones: se habla de un brote de origen ambiental, de que no es posible confirmar cual es la instalación implicada en el brote ya que los resultados analíticos de las muestras procedentes de las torres de refrigeración estudiadas son diferentes de los de las muestras humanas.

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Se dice también que el número de instalaciones emisoras de aerosoles de las que se han recogido muestras es insuficiente si se considera el elevado número de industrias que hay repartidas por el núcleo urbano y que potencialmente podrían contar con torres de refrigeración o instalaciones de riesgo. Asimismo, se indica que la inexistencia de un registro representa un obstáculo importante para la realización de inspecciones y por supuesto para la investigación de brotes.

En el informe se hacen una serie de exhaustivas recomendaciones para el control del brote así como para la prevención de nuevos brotes.

¿Qué ha pasado desde abril de 2000 hasta hoy? Dos cosas son ciertas. Primera: los casos de afectados por la legionelosis han pasado de 36 a 143, con 5 fallecidos. Segunda: el incompetente gobierno de Eduardo Zaplana ha hecho caso omiso de las recomendaciones contenidas en el informe de abril. Estamos convencidos que de haberse llevado a la práctica, la epidemia no hubiera alcanzado las dimensiones por todos conocidas.

Por si esto no fuera suficiente, sólo tras conocer que el diario EL PAÍS iba a publicar unos resultados analíticos de detección de legionella en la red de agua potable de Alcoy, es cuando el consejero Castellano "en aras de la transparencia informativa" da cuenta de este hallazgo y dicen que va a hiperclorar el agua de Alcoy. Horas antes, tanto él como Eduardo Zaplana habían negado este hecho.

Dudosa es también la llamada hipercloración realizada, pues que sepamos por información contenida en la prensa, esta hipercloración no se ha llevado a cabo al menos como recomienda el Ministerio de Sanidad y Consumo en las "Recomendaciones para la prevención y control de la legionelosis" dictadas en octubre de 1998, en las que se indica que la desinfección de choque de toda la red requiere alcanzar concentraciones de 15 ppm de cloro durante 24 horas o de 20 a 30 ppm de cloro durante 2-3 horas, seguido de una sobrecloración de 4-5 ppm durante 12 horas. Lo que se ha hecho ha sido clorar el agua de Alcoy entre 1,5 y 2 ppm.

El embrollo no acaba aquí, a las esperpénticas manifestaciones de algún catedrático diciendo que aquí no pasa nada, que esto se va como ha venido, ha seguido un sinfín de actuaciones propagandísticas, por lo demás confusas para la población: alcalde de Alcoy bebiendo agua, buscando el "efecto Palomares" de Fraga y que consigue terminar con las existencias de agua embotellada de Alcoy, etcétera, etcétera, etcétera.

Se ha discutido la idoneidad de determinaciones analíticas de altísima sensibilidad. Determinaciones que se hacen porque son fiables y rápidas y permiten actuar con celeridad para atajar los problemas.

Al final no queremos imaginar que sólo sean buenos aquellos resultados analíticos que favorezcan la intrincada maraña de falsedades y medias verdades que está tejiendo el Consell. ¿Conoceremos al final el origen de la epidemia?

Por si faltaba algo, una vez constituida una comisión de investigación, que se pretende por parte del PP de "investigación controlada" dada la composición de la misma, no se acepta la comparecencia pedida por los demás grupos políticos, del director general para la Salud Pública, responsable político directo de las actuaciones en salud pública del gobierno valenciano, ni del director general de Calidad de Aguas de la Consejería de Medio Ambiente, ni de los jefes de servicio implicados directamente en el estudio epidemiológico y en los trabajos medioambientales correspondientes.

La pregunta que nos formulamos es: ¿esta comisión, de verdad, quiere aclarar lo acontecido y depurar responsabilidades, o más bien lo que pretende es ocultar la serie de desaguisados que nos llevan directamente a la evidencia de que la actuación del Consell en el tratamiento de esta epidemia ha sido de una total incompetencia?.

Perdido el control de la epidemia y perdida la credibilidad a base de ocultar la realidad, a este Gobierno, si no ha perdido también la vergüenza, sólo le queda asumir sus responsabilidades políticas con todas sus consecuencias.

Firman este artículo J. Mayans, C. Julián, M. Pérez y F. Rizo, miembros del Colectivo Lluis Alcanyís.

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