Instantes de torería
Siete novilleros en busca de gloria, contratos y aplausos que premien su torería lidiaron otros tantos erales, algunos con cuajo de utreros, y le dieron al respetable una mañana entretenida, incluso buena, en la que hubo faenas con aroma, voluntariosos trasteos de muleta y diversos lances de enjundia.Reyes Ramón, de Madrid, aprovechó el buen novillo que abrió plaza. Lo recibió de capote por verónicas de garbo y prestancia. La faena de muleta fue larga, variada en su hacer y templada. Series por los dos pitones que tuvieron su cumbre en el toreo al natural, ligado, algo esencial. Estuvo a la altura del noble oponente, salvo en la hora suprema, en la que un feo primer espadazo le privó de alcanzar la justa recompensa.
Buenavista / Reyes, Miletto, Sánchez, Campillo, Cañas, López, Bustos Erales de Buenavista, desigualmente presentados, de juego irregular; 2º, de Olga García Jiménez, mansurrón y de feo estilo; 1º y 5º, nobles y con recorrido
Reyes Ramón: vuelta. Julien Miletto: ovación. Sebastián Sánchez Mora: aviso y palmas. Mario Campillo: aviso y silencio. Miguel Ángel Cañas: oreja. López Usero: dos avisos y leves palmas. Ángel Luis Bustos: palmas. Palacio de Vistalegre, 10 de diciembre. Media entrada. Segunda semifinal de promoción.
Julien Miletto, de Nimes, dejó en la plaza un grato sabor de torero sobrio y clásico. En su turno de quite en el primer novillo, hizo valer su buen concepto torero en unas caleserinas abrochadas con media verónica de gusto y empaque. Su novillo tenía mucho que torear, según se dice, y lo hizo planteándole la faena en la adecuada media distancia. Allí le ofreció su muleta, por delante y planchada, tiró con poder y elegancia del novillo de complicadas embestidas, y acabó por ganar la partida. Tandas bien ligadas que, al manejar la mano izquierda, tuvo los mejores momentos.
Sebastian Sánchez Mora, de Cádiz, manejó bien el capote en los lances de saludo. En su faena de muleta no se amilanó, expuso y salió airoso. Mario Campillo, de Valladolid, hubo de lidiar al novillo más flojo y manso, estuvo voluntarioso y dibujó algún derechazo estimable.
Miguel Ángel Cañas, de Madrid, realizó el mejor toreo de capa, llegó a mecer la verónica, que interpretó con gusto y despaciosidad. Prendió banderillas de manera fácil y desahogada, para conseguir un tercer par al cambio y por dentro, que fue aclamado. La faena tuvo buenos comienzos, y luego transcurrió irregular, pero con instantes de enjundia y templanza. Estocada al primer encuentro y la única oreja cortada.
López Usero, de Almería, consiguió templadas verónicas en los saludos preliminares. Y dejó entrever su clase ante el dificultoso novillo. Y el madrileño Ángel Luis Bustos lidió con entereza al descastado séptimo, ante el que hubo de abreviar.
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