Europa..., ¿para qué?

Llevo casi cinco años viviendo en tierra andaluza. Yo soy francesa y aquí me siento como en casa, posiblemente porque fue la de mis padres y abuelos. Ya tengo aquí mi propia familia y no pienso volver a vivir en mi tierra natal. Sin embargo, muchos días fueron y son bañados en lágrimas de rabia e impotencia. ¿Por qué? Pues porque, de repente, una se da cuenta de que no ser española es un problema y de que ser europea no te resuelve nada o bien poco.Cuando eché la solicitud de homologación de mi título en el Ministerio de Educación y Cultura en 1997, lo hice con muchas esperanzas: por fin podría trabajar. De esto hace ya casi cuatro años. En el pasado mes de mayo recibí una carta informándome de que me tenía que presentar a la llamada "prueba de conjunto" para obtener la dichosa homologación. Acepto y escojo la Facultad de Sevilla, donde, durante estos largos años de espera, he finalizado los cursos de doctorado. Transcurridos 20 días después de mandar mi confirmación al ministerio, como me indicaron, me pongo en contacto con la universidad, que me dice no saber nada al respecto. Hoy hace más de 150 días y todavía no se sabe nada. El ministerio no contesta ni al teléfono ni a las decenas de cartas que se le han mandado.

Si lo que pretenden es que los extranjeros se rindan y vuelvan a su país a trabajar están muy equivocados. Como yo existen miles de personas "pendientes de homologación" y dispuestas a luchar para que algún día puedan vivir felices en el lugar del mundo que han escogido. Esto es construir Europa.- Séverine Carrión Benavente.