Sanidad cierra el caso de la hepatitis C en Figueres sin depurar responsabilidades
El Departamento de Sanidad ha dado por concluida la investigación que se abrió a raíz del contagio de hepatitis C ocurrido en el servicio de urgencias del hospital de Figueres el pasado 4 de junio, y lo ha hecho sin depurar responsabilidades, ni entre el personal sanitario ni entre los máximos responsables del centro. Sanidad confirma que el contagio se extendió entre los pacientes a partir de un suero multidosis con heparina -un anticoagulante de uso común- que estaba contaminado con el virus de la hepatitis C, pero no menciona que el probable origen fue la reutilización de una aguja.
Un paciente diagnosticado
La investigación concluye que el brote "constituye un incidente aislado, ocasionado probablemente por un error humano, y no cuestiona el funcionamiento normal del servicio de urgencias del hospital". El alcalde de Figueres, Joan Armangué, presidente del patronato del hospital, dijo ayer que el centro "acepta su responsabilidad en el contagio", aunque añadió que "no hay que buscar culpables". En el mismo sentido se pronunció el consejero de Sanidad, Eduard Rius, que rechazó el término "negligencia". La investigación, dijo, no permite llegar a la depuración de responsabilidades concretas. "Es evidente que alguien cometió un error -de no ser así, no existiría contagio-, pero no se han podido encontrar evidencias del hecho concreto ni de quién lo cometió". Los servicios jurídicos de la Generalitat, anunció el consejero, ya han iniciado contactos con los infectados -algunos de los cuales han presentado demandas judiciales contra el hospital- para compensarles económicamente e intentar que reconsideren su decisión de recurrir a los tribunales. Sanidad les garantiza el seguimiento y la asistencia sanitaria que precisen en todo momento.
El informe preliminar sobre el contagio, hecho público hace dos semanas, era mucho más explícito sobre el supuesto error que motivó el contagio. Afirmaba: "La aguja utilizada en un infectado por hepatitis C fue incorrectamente reutilizada". En el informe final se habla de suero contaminado, pero no se entra en las causas por las que lo estaba ni se menciona la posibilidad de que algún sanitario del centro reutilizase una aguja.
En las conclusiones del estudio realizado por Sanidad se detalla que el brote partió de un paciente enfermo de hepatitis C y acabó afectando a siete personas que acudieron al servicio de urgencias del hospital el día 4 de junio. Rius admitió ayer que el paciente del cual partió la infección era un enfermo de hepatitis diagnosticado desde hacía tiempo. Pero a juicio del consejero este hecho no agrava la actuación del hospital, puesto que los protocolos sanitarios aconsejan tomar las máximas precauciones ante cualquier enfermo. El informe descarta que el error sanitario pueda derivarse de la presión asistencial, la sobrecarga de trabajo o la precariedad laboral del personal del hospital de Figueres.Si el protocolo de seguridad de los hospitales no tiene resquicios por los que pueda colarse un brote de la gravedad del ocurrido en Figueres, quien se saltó las normas cometió una imprudencia de tal magnitud que debe sancionarse. Esto es lo que opinan los facultativos gerundenses más críticos con la actitud de la Administración respecto a la infección intrahospitalaria de Figueres.
Los expertos que han redactado el informe de Sanidad únicamente han encontrado dos casos similares al de Figueres en la literatura médica. Ambos ocurrieron en Suecia durante la década de los noventa y afectaron a pacientes sometidos a tratamiento intravenoso con un preparado multidosis. En estos brotes, como en el de Figueres, el hecho de que los síntomas de la enfermedad aparezcan al cabo de unas semanas dificultó la verificación de la hipótesis del contagio porque habían desaparecido el instrumental y el suero contaminado.
El estudio virológico ha descartado del contagio a cinco pacientes que inicialmente engrosaron la lista de infectados. Dos de ellos presentaban un virus distinto y a los otros no se les incluye porque, pese a tener anticuerpos, no presentan infección activa ni evidencias clínicas de enfermedad hepática.
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