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Identificados 400 delincuentes habituales que actúan en Ciutat Vella y otras zonas turísticas

La creciente sensación de inseguridad que expresan los ciudadanos de Barcelona en las encuestas tiene nombre y apellidos. Son 400 delincuentes habituales, 100 de ellos menores de edad. De los 300 restantes, la mitad son españoles y la otra mitad inmigrantes del norte de África, Centroamérica y de los países del Este de Europa. Son detenidos con frecuencia por delitos menos graves y faltas, esencialmente hurtos y tirones, y su campo de acción se concentra en las zonas turísticas y Ciutat Vella. Durante este año, las detenciones en este distrito han aumentado el 30% respecto al anterior.

'Juicios inmediatos'

Esas cifras y otras fueron barajadas ayer en la reunión del Consejo de Seguridad Local de Barcelona y en ella quedó claro, una vez más, que la percepción de la ciudadanía no se corresponde exactamente con lo que muestran las estadísticas. Así, los responsables policiales y la delegada del Gobierno, Julia García-Valdecasas, mostraron cifras que demuestran que el número de delitos no sube, sino todo lo contrario. Pero todos coincidieron en que la sensación de inseguridad ciudadana que expresa una parte de la población aumenta y ello se explica, entre otros motivos, por la actuación de un grupo de unos 400 delincuentes habituales, unos 150 de ellos inmigrantes en situación irregular en España, que cometen robos y tirones.Las estadísticas oficiales indican que los pequeños delitos han descendido ligeramente, el 1,8%, en relación con el año pasado. Entre enero y noviembre de 1999 se cometieron 47.632 delitos menores en la ciudad de Barcelona y durante el mismo periodo de este año han sido 46.752. En ambos casos, el delito más corriente fue el hurto, la sustracción sin intimidación ni fuerza. El año pasado se denunciaron 10.742 y éste 10.156.

A continuación se sitúan las sustracciones en vehículos (más de 9.000 en ambos casos) y los robos en inmuebles, que se mantienen en unas 8.800 denuncias. Las cifras barajadas ayer en esa reunión también constatan que las detenciones de personas han aumentado el 7% en estos meses.

¿Cómo se explica entonces que aumente la sensación de inseguridad ciudadana? El jefe superior de Policía de Cataluña, Miguel Ángel Fernández Rancaño, explicó ayer que en algunos barrios de Barcelona se ha producido un gran aumento de la población de inmigrantes, que un sector muy amplio de la población asocia con la delincuencia, algo que no se corresponde con la realidad.

También contribuyen a crear esta sensación los robos en las viviendas, que el pasado verano aumentaron de manera espectacular, con una media diaria que llegó a ser de más de 20. La mayor presión policial y la detención de algunas bandas ha reducido esta media a unos tres robos diarios en viviendas.

En los primeros 11 meses de este año se han denunciado 8.821 robos en inmuebles, prácticamente los mismos que el año pasado (8.852). Las bandas dedicadas a estos delitos han abandonado ya Barcelona, asegura la policía, como consecuencia de un intenso dispositivo de presión.

Pese a que la cifra de homicidios no aumenta significativamente, la espectacularidad de algunos de los ocurridos este año contribuye también a incrementar la sensación de inseguridad. Hasta noviembre se habían cometido 48 homicidios, dos más que en 1999.

Carles Ribas

Las administraciones piden cambios legales para atajar la delincuencia

Las administraciones también reclaman que se modifique la Ley de Enjuiciamiento Criminal para que sea posible llevar a cabo los llamados juicios inmediatos, que se celebrarían al día siguiente de cometerse el delito. Se aplicarían en casos flagrantes en los que existe una prueba preconstituida que pueda esgrimirse y cuando el acusado acepta los hechos y la pena.Otra iniciativa conjunta del Ayuntamiento y la Delegación del Gobierno propone una reforma de la Ley de Extranjería para facilitar la expulsión de España de los inmigrantes inmersos en procesos penales. El texto vigente desde principios de año es muy restrictivo a la hora de aplicar esta medida. Así se explica que durante los 11 primeros meses se hayan producido 35 expulsiones, frente a las 192 que se registraron en 1999. Ambas instituciones reclaman también mayor implicación de la Generalitat y de los Mossos d'Esquadra en los delitos cometidos por menores magrebíes.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas, pretenden entregar esta propuesta de manera conjunta a los ministros de Justicia e Interior y consideran que en el plazo de un año podrían entrar en vigor algunas de estas medidas. A ellas se sumaría también la llamada justicia municipal, pendiente del acuerdo entre las instituciones para aplicar la Carta Municipal.

Manual de autoprotección

No llevar la documentación original encima, sino fotocopias; no salir a la calle con todos los documentos bancarios en los bolsos pero, sobre todo, permanecer alerta y no bajar la guardia son algunas recomendaciones que hacen los responsables hoteleros a los turistas cuando acaban de llegar. Conscientes de que los turistas son la presa preferida para los tirones y los hurtos, Turismo de Barcelona está preparando una serie de trípticos con consejos prácticos para que el visitante no se vaya con un mal recuerdo de Barcelona. Además, se están impartiendo cursos de formación a los hoteleros también en cuestiones de seguridad en sus establecimientos.Muchos ciudadanos, no sólo turistas, son víctimas de asaltos callejeros. Los que se dedican habitualmente a los tirones y los hurtos estudian previamente a la víctima siguiéndola por la calle un rato: tener el bolso abierto, dejarlo sobre la mesa en establecimientos como bares y restaurantes o llevar en la espalda una mochila de fácil apertura son detalles que los tironeros captan inmediatamente. Sobre todo porque, además, no suelen actuar en solitario y tienen más capacidad para distraer a la víctima si es necesario.

El conductor de un vehículo también debe extremar la cautela si se adentra por el centro de Barcelona y, todavía más, si conduce por las estrechas calles de Ciutat Vella. Son las ideales para aprovechar la parada momentánea de un coche, abrir las puertas y extraer todo lo que esté a mano. En esos casos, de poco sirve que el conductor intente ir en busca del ladrón ya que se esfuman por las calles en segundos.

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