El Ayuntamiento de Sevilla busca nuevas fórmulas para lograr el indulto de Nino

Entre las 1.443 personas que han obtenido del Gobierno una medida de gracia no estaba José María Trillo-Figueroa, Nino, el insumiso sevillano que cumple una condena de dos años y cuatro meses por deserción en la cárcel militar de Alcalá (Madrid), a pesar de que ha sido el único de los 12 encarcelados por el mismo hecho que pidió el indulto, apoyado por todos los grupos del Ayuntamiento y la Diputación de Sevilla, el Parlamento, la Universidad Hispalense y el Defensor del Pueblo andaluz. El portavoz socialista, Emilio Carrillo, manifestó ayer su "perplejidad e indignación" porque Nino no haya sido indultado de esta tacada: "Es inexplicable e inadmisible que se indulte a un juez [Javier Gómez de Liaño] condenado por prevaricación y que se desoigan con premeditación y alevosía las peticiones de la ciudad de Sevilla para que se indulte a uno de sus vecinos".

José María Trillo-Figueroa salió ayer de la cárcel para viajar hasta Sevilla. Tenía un permiso para hacer un examen en la facultad de Derecho. 460 insumisos se han beneficiado de la decisión que se adoptó el viernes pasado en Consejo de Ministros invocando una petición del Papa ante el Gran Jubileo del año 2000, pero el Ejecutivo ha denegado en dos ocasiones -el indulto total y el parcial- la medida de gracia al sevillano. Carrillo anunció ayer que el Ayuntamiento de Sevilla estudiará nuevas fórmulas de presión para que el Gobierno reconsidere su postura hacia el insumiso, pero no especificó cuáles serán. Cualquier decisión que se tome se hará con el plácet de todos los grupos, como hasta ahora.

Nino cumple condena en segundo grado. Para pasar automáticamente al tercer grado tendría que agotar la cuarta parte de la pena, que ocurrirá en febrero. El insumiso visitó ayer a los portavoces municipales de IU y del PSOE, Luis Pizarro y Emilio Carrillo, con los que charló un rato, pero rehusó hablar con la prensa para evitar que pueda entorpecer su camino hacia el tercer grado.