Luis Villasante fallece a los 80 años en Oñati tras una vida de impulso a la unificación del euskera
Luis Villasante (Ajangiz, 1920) falleció ayer en el monasterio franciscano de Aranzazu, en Oñati, un lugar tan fundamental como su persona en la unificación de la lengua vasca. Allí se celebró en 1968 el congreso de Euskaltzaindia que sentó las bases del euskera batua, un proyecto al que Villasante, junto al desaparecido Luis Mitxelena, dio el impulso fundamental desde la presidencia de la academia vasca, que ocupó de 1970 a 1988. Retirado de la vida pública a causa del avance de la enfermedad de Alzheimer que sufría, Villasante deja una treintena de obras publicadas sobre lingüística y literatura.
Luis Villasante falleció sobre las 22.30 del sábado en Aranzazu, acompañado por otro miembro de su congregación, poco después de sufrir una caída. Su estado del salud, que le obligó a abandonar la presidencia de la academia vasca hace 12 años, sufría un deterioro progresivo que en los últimos meses había afectado a su movilidad. El funeral se celebrará esta tarde (17.00) en la basílica de Aranzazu.Entre sus compañeros de la academia Villasante, el hombre de aspecto campechano, inseparable de su hábito marrón, es recordado por su "sapiencia y la humildad franciscana" y su "talante liberal. Tan empeñado en la creación de una lengua común que superara las diferencias dialectales como en evitar la manipulación de la defensa de la lengua, defendió desde Euskaltzaindia que "el euskera es patrimonio de todos los credos políticos y religiosos".
Recién acabada la guerra civil, Villasante comenzó a interesarse por la investigación de la lengua vasca mientras estudiaba Filosofía en Olite (Navarra).
Estructura actual
Su formación religiosa - se licenció en Teología en la Universidad de Comillas y fue ordenado sacerdote en 1945- y el interés por el euskera fueron paralelos durante cerca de 20 años, en los que compatilibizó las clases de Teología en Aranzazu con el análisis de distintos aspectos de la unificación de la lengua y la gramatica vasca. Villasante llegó a Euskaltzaindia como académico de número en 1951. En 1970, fue elegido presidente de la institución y emprendió de forma inmediata la revitalización y reorganización interna, creando el modelo de estructura que todavía regula la actividad.
Pero, por encima de todo, Villasante fue el hombre clave en la unificación de la lengua vasca, en la creación del euskera batua, en concentrar los esfuerzos para evitar el alejamiento de los dialectos del euskera. En 1968, plasmó las teorías que había comenzado a elaborar a principios de la década a favor del batua en su Hacia el vasco común unificado, completado cuatro años más tarde con Hacia la lengua literaria común.
La abundante producción de Villasante, tanto en euskera conmo en castellano, se centró a lo largo de 30 años en la gramática vasca, con una treintena de obras sobre sintaxis, ortografía y morfología, y numerosos artículos. Sus investigaciones también se extendieron a la literatura escrita en lengua vasca. Así, realizó un exhaustivo análisis de la obra de Pedro de Axular en varias publicaciones y editó una Historia de la literatura vasca.
Tras la salida de la presidencia de Euskaltzaindia en 1988, ocupó su lugar Jean Haritschelhar, uno de los miembros del grupo que, encabezado por Villasante y Mitxelena, dio forma a las normas lingüísticas del euskera batua en la inestable década de los 70.
Hace tres años, prácticamente fuera ya de la vida pública y alejado de los actos académicos, recibió de la Sociedad de Estudios Vascos-Eusko Ikaskuntza, el premio de las Ciencias Sociales, en reconocimiento a su trabajo de investigación y normalización del euskera.
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