La espada y el reloj
Los jóvenes bailarines Ángel Rojas y Carlos Rodríguez se iniciaron ya muy pronto en la creación coreográfica y con su incipiente talento se han convertido en una de las esperanzas blancas de la danza escénica española. Furia representa un cambio de escala para ellos, con un resultado irregular tanto en el terreno artístico como estético.En la obra están contenidos, al menos, dos espectáculos, muchas ideas diferentes y apuntes a distintos rumbos. La excesiva duración de los números en solitario y la injustificada presencia de largos intermedios musicales van desconcertando al espectador. También, al parecer, se carece de un guión interno capaz de enlazar las piezas, y el resultado es una serie de números, algunos más afortunados que otros, pero con estilos y voluntades tan dispares que no hay un resultado final cohesionado.
Nuevo Ballet Español
Furia. Coreografías: Ángel Rojas y Carlos Rodríguez; Mahera, Gaspar Rodríguez, Nicasio Moreno y otros; vestuario: C. Rodríguez, Raúl Salado, Modesto Lomba y González; escenografía: Anselmo Gervolés. Teatro de Madrid. 1 de diciembre
La obra comienza a lo grande con una potente escenografía de transparencias de aire constructivista que luego no es explotada. Rojas y Rodríguez usan muchos pasos, sus secuencias de baile tienden a la filigrana, pero esto se opaca tras una ritualización constante, una atmósfera tensa que a veces le viene bien al flamenco, pero a veces no. Con todo, es un placer ver bailar a Ángel y a Carlos. En sus solos se entregan a fondo y sacan lo mejor de sí mismos. También está claro que poseen sentido del grupo para organizar las evoluciones de conjunto.
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