Enresa empieza a construir el sarcófago que albergará el reactor de Vandellòs
La Empresa Nacional de Residuos (Enresa) iniciará este mes los trabajos de construcción del sarcófago que contendrá el reactor de la central nuclear Vandellòs I durante los próximos 25 o 30 años, denominados de latencia, en los que se calcula que la radioactividad descenderá al 5%. El sarcófago estará listo en abril, según la empresa que desmantela el complejo atómico.
Enresa ha remitido ya al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) los informes de los materiales que todavía se encuentran en el interior del edificio que actualmente alberga el reactor para su posterior desclasifición y remisión, bien al cementerio de El Cabril, bien a vertederos convencionales si no están contaminados. En las próximas semanas la empresa estudiará las características del diseño y material del sarcófago del reactor, cuya construcción se iniciará a principios de año. Según explicó el director del emplazamiento, José Ramón Armada, actualmente se ha llevado a cabo la liberación de un 60% del espacio de la nuclear y el objetivo de Enresa es llegar a un 80%, de tal forma que el único edificio visible en el área sea el de contención del reactor. Tras la construcción del mismo, se procederá a la demolición del edificio actual, así como de los que quedan en el perímetro, y se acometerá la limpieza y demolición de los silos.
Antes del inicio de la construcción del sarcófago la empresa ha realizado diversos estudios para comprobar la estanqueidad del reactor, para lo cual, tras sellar todos sus conductos y tuberías, se insufló aire a presión en su interior.
Según explicó Armada, el edificio en construcción albergará, además de las 4.000 toneladas de grafito, de la pila y de las camisas que incorporaban el combustible, los metros cúbicos de tierras que resultaron contaminados por un vertido tóxico de líquidos de dilución procedente de un conducto defectuoso que se produjo antes de que Enresa se hiciera cargo del complejo atómico y cuando éste todavía era titularidad de Hispano Francesa de Energía Nuclear SA (Hifrensa). El seguimiento de los residuos y su evolución en el tiempo corresponde al CSN.
El coste del desmantelamiento de la nuclear, que se completará según el plan fijado por la empresa de residuos en 2002, es de 14.800 millones de pesetas y, según los responsables del mismo, actualmente se está cumpliendo tanto con el calendario previsto como con los presupuestos elaborados. El nivel III de desmantelamiento, cuyo coste está calculado en 35.000 millones de pesetas, contempla la liberación total del espacio. El desmantelamiento de Vandellòs I fue decretado por el Consejo de Ministros en 1989, un año después del accidente del complejo atómico.
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