La campaña de ocio nocturno del Ayuntamiento de Vitoria congrega a 500 jóvenes cada noche del fin de semana
Disfrutar de una piscina cubierta de madrugada, asistir a un curso de tatuaje después de la medianoche o introducirse en los entresijos de la astronomía cuando cualquier academia ha cerrado ya sus puertas, son algunas de las posibilidades que ofrece la campaña de ocio nocturno Gauekoak (los de la noche) que durante todo el mes de noviembre se desarrolla en Vitoria como experiencia piloto. Hasta el momento, el centro cívico Aldabe, espacio cedido por el Ayuntamiento para acoger este proyecto y situado junto al Casco Viejo de la ciudad, ha recibido a unos 500 visitantes cada noche que ha abierto sus puertas. Se trata de una iniciativa dirigida a los 46.000 jóvenes de entre 14 y 30 años que residen en la capital alavesa y que se distribuye entre los cuatro fines de semana que van desde el 10 de noviembre hasta el 2 de diciembre. El centenar de actividades gratuitas que contempla se celebran los viernes y sábados, de las 22 a las 3 horas de la madrugada, y los domingos de 19 a 20 horas.
Mientras una veintena de adolescentes de ambos sexos disputan varios partidos de futbito con una intensidad propia de horas diurnas, Alfonso y Jorge, de 19 años de edad, juegan una partida de futbolín en los modernos locales del centro poco después de las doce de la noche. "Si no hubiésemos venido aquí, probablemente estaríamos en casa viendo la televisión", señalan estos jóvenes que se confiesan partidarios de la campaña. Los organizadores, diversos colectivos de la ciudad apadrinados por el consistorio, plantean Gauekoak como una alternativa menos consumista, no excluyente y sin alcohol, a las salidas habituales por bares de copas. "Mucha gente pasa por aquí a curiosear, se queda en alguna de las actividades y luego sigue de marcha" señala Judith Armentia, representante de la asociación Era-Berri, que junto con otras cinco personas supervisa en la noche del viernes el buen funcionamiento de los talleres, las actuaciones teatrales y las canchas deportivas.
Las intenciones municipales y de los organizadores pasan por evaluar el resultado de la campaña y determinar si puede establecerse como una oferta permanente. Hasta el momento Armentia se muestra satisfecha de la experiencia. "Son los más jóvenes, de 14 a 18 años, los que acuden con mayor asiduidad. La gente acude en grupos y muchos de ellos compaginan su presencia aquí con las salidas por el Casco Viejo u otras zonas", señala.
Precisamente, José Luis, de 25 años y Lola, de 18, toman parte de madrugada en un taller de maquillaje de terror después de haber deambulado por algunos bares de la zona. "Nos enteramos de casualidad que había estas cosas y, aunque no dejamos de salir por ahí, resulta una nueva posibilidad interesante", comentan.
Las horas de mayor asistencia van desde las 11.30 a las 12.30, y hasta el momento no ha habido ningún problema con alborotadores. Ciudades como Gijón, Murcia o Bilbao han desarrollado experiencias similares con un resultado satisfactorio: "Creo que estamos demostrando que se puede convertir en una alternativa permanente", concluye Armentia.
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