Una cuestión de confianza
El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Juan Manuel Kindelán, dijo el mes pasado que aunque la reparación del Tireless era "banal" transportar un submarino nuclear en un barco por el Atlántico no era un problema banal, por lo que a su organismo le costaría autorizar una operación así. El CSN, que tiende a creer la versión oficial británica, afirma que "la seguridad nuclear se basa siempre en la confianza". La cuestión es si confiar en el Gobierno británico, en gente como el comandante Finney y los científicos que integran los dos organismos gubernamentales británicos (supuestamente independientes) que han inspeccionado los daños o creer que tienen algún motivo para encubrir la verdad. Si es que todos están mintiendo, ¿por qué? Barnaby sospecha que se trata o del elevado costo de transportar el Tireless o que es un asunto que tiene que ver con el prestigio y el orgullo de la Marina Real.La respuesta de fuentes oficiales del ministro de Defensa británico es la siguiente: "¿Cuál sería el costo y dónde estaría nuestro prestigio en el caso de que ocurriese un desastre en Gibraltar? Pensar que estamos mintiendo o subestimando el riesgo, cuando nosotros mismos seríamos los que más sufriríamos las consecuencias a largo plazo y a corto plazo en cuanto a personal, es absurdo. Somos muy, muy serios en materia de seguridad. Los hechos demuestran que en más de 40 años no hemos tenido ni un accidente nuclear en nuestra flota de submarinos nucleares".
Si no está mintiendo el Gobierno británico, si está sinceramente seguro de que no existe la más mínima posibilidad de que su Marina provoque la mayor catástrofe mundial hasta la fecha del siglo XXI, entonces existe una posibilidad más: podría ser que se esté equivocando. El reactor del Tireless sí podría estar dañado, y en tal caso resultaría menos arriesgado, después de todo, llevarlo de vuelta a Inglaterra.
¿Cuál es la verdad? Dada la ignorancia general sobre el tema, los juicios que cada cual emitirá serán por definición subjetivos, condicionados por el miedo, por la historia o por el interés político. Pero al final, para la gran mayoría que no entiende cómo funciona un submarino nuclear sigue siendo, como dice el CSN, un asunto de confianza.
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