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Una muestra recorre en Santa Fe un siglo de fotografía en Suramérica

Casi dos centenares de fotografías recorren en el centro Damián Bayón, de Santa Fe, en Granada, la historia de Latinoamérica desde 1860 hasta 1960 en una exposición que da cuenta de la historia, las formas de vida, la arquitectura y las diferentes costumbres y culturas de todo un continente en un siglo. La exposición se complemente con otra muestra a base de instalaciones de la artista y creadora argentina Elisabeth Aro.

Latinoamérica: un siglo de fotografías es una selección de instantáneas del Centro de Documentación (Cedodal) de Buenos Aires, en Argentina, hecha "no para construir una muestra sino para presentar situaciones", según explicó el director del centro y comisario de la exposición, Ramón Gutiérrez. "El proyecto", dijo, "ha buscado tener un carácter documental y ofrecer al mismo tiempo una visión étnica".A lo largo de la exposición pueden contemplarse hechos de enorme relevancia, como la rebelión de Pancho Villa o su asesinato, o fotos íntimas de la pintora Frida Kahlo. Al mismo tiempo se vislumbran los paisajes de Buenos Aires a comienzos de siglo o fotografías cotidianas con escenas familiares de banquetes, primeras comuniones o fiestas.

"La idea", añadió Gutiérrez, "era tratar un siglo de fotografía en Latinoamérica y ver la relación de la gente con el paisaje, con las diferentes arquitecturas, contemplar lo exótico, lo llamativo". Del hundimiento del Maine y la guerra de Independencia de Cuba hasta los anuncios de sombreros de los años treinta, el continente va desfilando por las cerca de doscientas instantáneas de la muestra.

La otra exposición que acoge el centro, la de Elisabeth Aro, una artista argentina de gran proyección, tiene una temática muy diferente: a través de diferentes instalaciones, va acercando al espectador a un mundo de ensoñaciones y paisajes. Aro, que utiliza elementos como el musgo, la fotografía o la madera, convierte cada una de las salas del centro en un espacio diferente.

En una de las salas puede contemplarse una obra que, hecha con musgo fresco, representa a un hombre y una mujer que, como islas, intentan tocarse sin llegar a conseguirlo. En la pared, realizado con pequeños listones de madera, hay un poema de Oliverio Girondo.

Otra de las salas muestra escenas fotográficas de paisajes brumosos junto a una montaña hecha de esparto. La visión de las fotografías se mezcla con el olor del esparto. "Cada idea", dijo Elisabeth Aro, "tiene un material que le corresponde". "Lo que he intentado hacer", explicó, "es llevar los paisajes a casa".

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