Detenidos cuatro miembros de una familia por estafar a vendedores de la ONCE

Agentes del Grupo de Estafas del Cuerpo Nacional de Policía ha detenido a cuatro personas acusadas de ser los autores 234 estafas a vendedores de cupones de la ONCE de las que habrían obtenido seis millones de pesetas. La peculiaridad del caso reside en la forma de operar de la banda -utilizaban moneda papel extranjera de curso legal- y en que ésta estaba compuesta por cuatro personas de la misma familia: Presentación R. R., de 48 años, antigua vendedora de la ONCE; su compañero sentimental, Valentín P. A., de 35 años; el hijo de la primera, José Manuel A. R., de 26 y jefe del grupo, y la novia de este último, María Isabel S. S., de 38 años. El modo de operar se basaba en manipular los billetes de moneda extranjera legales -dólares norteamericanos, soles peruanos y cruceiros brasileños-. La banda recortaba billetes de estas divisas, cuyo contravalor en pesetas era bajo, y los dejaba del tamaño de un billetes de mil, dos, cinco o diez mil pesetas. Con los billetes recortados, la banda escogía a vendedores con muy escasa visión o, preferentemente, ciegos. Uno de los supuestos estafadores se presentaba en el punto de venta de la ONCE. Averiguaba el grado de visión del vendedor dando vueltas por la caseta para comprobar si aquél le seguía con la vista y lo hacía tanto para colar su billete impunemente como para evitar la posibilidad de ser reconocido por el vendedor. Una vez detectada la minusvalía profunda de la visión, el estafador, acompañado de otro miembro de la banda, compraba una pequeña cantidad de cupones con los billetes extranjeros manipulados. Si el vendedor no quedaba conforme, entraba en acción el acompañante, que haciéndose pasar por un cliente, verificaba la autenticiedad del billete, y, acto seguido, procedía a comprar otro cupón también con divisas manipuladas.

Pero la supuesta estafa no acababa aquí. La banda, según la policía, mediante una fotocopiadora de color, reproducía los cupones adquiridos ilegalmente, que después eran vendidos en mercados, bares o restaurantes y establecimientos del centro de Barcelona por una de las personas del grupo, que es ciega.

La identificación de los miembros de la banda se realizó mediante reconocimientos fotográficos por personas videntes que habían presenciado la comisión de alguna de las estafas. Del seguimiento que la policía hizo de los detenidos, se pudo deducir que la banda tenía amplios conocimientos sobre los puntos de venta de la ONCE.