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Tribuna:REPARTO DE TRABAJO EN LA ENSEÑANZA
Tribuna
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¿Utopía o necesidad?

La reducción de matrículas supone una oportunidad, según la autora, para mejorar la calidad de la enseñanza y renovar plantillas.

Continuamente nos dicen que la economía va bien. Parece que todo va viento en popa, a pesar de que la tasa de paro en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) en 1999 ha sido del 15,5% (10,7 % la masculina y 22,7% la femenina). Si la comparamos con el 10,2% en que se situaba la media europea (8,9% la masculina y 12% la femenina), no da la impresión que tengamos demasiadas razones para creernos a pies juntillas la afirmación con la que comienza este artículo.La necesidad de tomar medidas que reduzcan estas altas tasas de paro es algo que todo el mundo dice asumir. Alguna de ellas, como la reducción de la jornada laboral a 35 horas, ha estado en el candelero durante el último año. También se ha comenzado a hablar de las jubilaciones anticipadas. Otras iniciativas, como el contrato de relevo se están poniendo en práctica en algunos sectores.

Todas estas medidas se pueden valorar desde dos ángulos diferentes: la Administración y las empresas pretenden mantener sus beneficios adaptando la plantilla, es decir, trabajar las mismas horas con menos personal. Los sindicatos, por el contrario, planteamos estas medidas como una forma de creación de más puestos de trabajo.

En esta línea, el STEE-EILAS entiende que la enseñanza puede ser un buen campo de pruebas donde realizar experiencias piloto de creación de empleo. La disminución de matrículas está generando una crisis en el sistema educativo, que se agudiza con las necesidades cada vez más amplias de un profesorado bilingüe y reciclado en las nuevas especialidades que dimanan de la Reforma Educativa, para lo que se precisan perfiles profesionales que no se pueden cubrir, de inmediato y en su totalidad, con el profesorado que ya está dentro del sistema.

En la red pública, la solución de la Administración consiste en ir aumentando, año tras año, la bolsa de empleo en precario (en la adjudicaciones de principio de curso de la CAV y Nafarroa, más de cuatro mil interinos sin estabilidad han conseguido una vacante para todo el curso). En la red privada, esta situación está generando destrucción de puestos de trabajo y permitiendo a las patronales mantener a sus trabajadores en una situación de precariedad y con unos contratos con condiciones leoninas (más horas de trabajo y menos sueldo).

Si a todo esto sumamos que el profesorado en activo tiene una media de edad bastante alta, en unos pocos años, de seguir así la situación, apenas quedará gente joven para educar a la siguiente generación. Ante este panorama, parece razonable abrir la mente y crear caminos novedosos que permitan la incorporación de savia joven a nuestras escuelas. Una medida que desde hace tiempo está en boca de todo el mundo son las prejubilaciones, algo necesario y que se debería poner en práctica sin tardanza, pero creemos que no es la única posible de aplicar a corto plazo.

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En STEE-EILAS tenemos el convencimiento de que es nuestra responsabilidad como sindicato fomentar la creación de puestos de trabajo en el sector educativo, por eso estamos proponiendo una serie de medidas voluntarias de reparto del empleo:

-Trabajar tres cursos escolares y tomar uno libre, cobrando en estos cuatro cursos el 80% del total de las retribuciones correspondientes.

-Trabajar cuatro cursos escolares y tomar uno libre, cobrando en estos cinco cursos el 84% del total de las retribuciones correspondientes.

-Trabajar cinco cursos escolares y tomar uno libre, cobrando en estos seis cursos el 86 % del total de las retribuciones correspondientes.

Son medidas que entienden que el reparto del empleo debe tener un carácter ofensivo (entendido como constructivo desde el punto de vista sindical), consistente en abrir un abanico de posibilidades a las personas con empleo para poder trabajar menos horas en un determinado momento y que éstas sean realizadas por otra persona.

Es esta línea la que fundamentalmente estamos fomentando. Razones no faltan: crea nuevos puestos de trabajo, ayuda a derrumbar el mito del trabajo productivo como prioridad en nuestras vidas y, además, mejora la calidad de la enseñanza porque esas épocas de descanso que alivien la tensión repercutirían directamente en la salud del profesorado, que regresaría al trabajo con mayor satisfacción. No podemos olvidar que un profesional de la enseñanza es un comunicador y su situación personal influye en gran medida en lo que transmite al alumnado. Asimismo la entrada de gente joven traería consigo el contacto con ideas y métodos nuevos, fundamentales para la calidad de la enseñanza en una época de cambio acelerado.

Estas medidas no son algo utópico. Ya hay experiencias similares en otros países europeos, y el interés que han suscitado en un sector importante del profesorado, a pesar de ser todavía sólo propuestas, nos hacen pensar que se pueden convertir en una realidad muy positiva.

Victoria Lantarón es responsable del grupo de Reparto de Trabajo de STEE-EILAS.

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