Schröder apuesta por abrir un debate sobre una Constitución para Europa
Gerhard Schröder se mostró partidario ayer en Bruselas de abrir en los próximos meses un debate en la UE sobre la conveniencia de contar con una Constitución, tesis a la que se oponen varios Estados, y especialmente el Reino Unido. El canciller señaló que ese debate guarda una relación directa con otro de los objetivos de Alemania: pactar un claro reparto de competencias entre los asuntos que competen a la UE y los que son potestad de los Estados y sus regiones.
Schröder, que mantuvo una reunión de trabajo con el Colegio de Comisarios, se refirió al espinoso proyecto de una Constitución europea en un momento en que los Gobiernos ni siquiera han alcanzado un acuerdo para que la Carta de Derechos Fundamentales de la UE (un compendio de principios básicos comunes al ciudadano de la Unión) se incorpore de una u otra forma al próximo Tratado, que saldrá de la cumbre de Niza el mes que viene.Por el contrario, y debido a la resistencia de Londres y de otros países nórdicos, está previsto que los jefes de Estado o de Gobierno se limiten en Niza a proclamar la Carta, con lo que en principio el texto no tendrá fuerza jurídica en el seno de la Unión.
Para el canciller alemán, el debate sobre una Constitución europea debería plantearse una vez superada la cumbre de Niza, donde está previsto que se aprueben las reformas institucionales de la UE imprescindibles para abordar la próxima ampliación de la Unión. Schröder insistió en que la UE tiene ante sí dos desafíos "históricos": la ampliación y la política futura de la Unión.
Al referirse a esa política futura señaló que, ante el debate sobre si los Gobiernos deben tener mayor peso o hay que apostar por un protagonismo más fuerte de las instituciones comunes, Alemania tiene claro que "será el motor de la integración". "Puede contar con nuestra colaboración", precisó al presidente de la Comisión, Romano Prodi, "porque queremos una Comisión fuerte".
Pero en ese contexto también destacó la conveniencia de que, con vistas a una nueva reforma de la UE, que debiera concluir en 2004, la UE y los Estados tendrán que delimitar sus competencias, conjugando los intereses de ambas partes. Prodi apoyó esa tesis y dijo estar "totalmente de acuerdo" en que se elabore "un catálogo de competencias" entre la UE y los Estados. También para los próximos meses, el canciller señaló que la UE tendrá que definir si el presidente de la Comisión Europea debe o no ser elegido por sufragio directo entre todos los ciudadanos de la Unión.
Con respecto a la cumbre de Niza - "tiene que ser un éxito", insistió-, comentó que todos los países tienen que hacer "concesiones" para que prácticamente todas las decisiones de la UE se adopten por mayoría cualificada y no por consenso. Pero inmediatamente agregó que Alemania se niega a que los asuntos que afectan al asilo y a la inmigración se aprueben por mayoría. "Desde luego que no", dijo, "mientras no haya una legislación europea de asilo e inmigración".
Uno de los principales problemas que se tratarán en Niza es el relativo al número de votos que tendrá cada país en el Consejo de Ministros de la UE. Se manejan varias alternativas, pero ninguna satisface plenamente a Alemania, que desea ser un país con más votos que los demás debido a su peso demográfico (82 millones de habitantes frente a los 59 que tienen los dos siguientes más habitados: Reino Unido y Francia). "Si sólo fuera un problema entre Francia y Alemania, podría solucionarse, pero hay consecuencias para otros países y por eso esperamos que Francia presente otras propuestas".
En cuanto a la ampliación, el canciller alemán consideró "inútil" fijar fechas para las incorporaciones, a pesar de que la Comisión Europea ha señalado el final de 2002 como el momento en que deberán estar acabadas las negociaciones con los primeros candidatos.
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