El Gobierno planea restringir el acceso a la zona lúdica del puerto de Tarragona para evitar peleas
La Subdelegación de Gobierno en Tarragona ha encargado a la Abogacía del Estado un estudio jurídico sobre la constitucionalidad y viabilidad de implantar controles de acceso a la zona de ocio del puerto deportivo de la ciudad, en el que desde el mes de abril pasado, se han sucedido episodios de violencia y peleas, sobre todo los fines de semana. La Junta Local de Seguridad, reunida el viernes, ya constató la necesidad de potenciar la presencia policial y la coordinación entre la Guardia Urbana y el Cuerpo Nacional de Policía en la zona. Esta coordinación entre las dos policías ya funciona desde principios de mes con resultados positivos, según los reponsables portuarios.
Último episodio violento
Raúl Navarro, subdelegado de Gobierno en Tarragona, explicó ayer la posibilidad de realizar un primer filtro de las personas que acuden al puerto deportivo e impedir el acceso al mismo a, por ejemplo, jóvenes que presenten síntomas de embriaguez, que pretendan introducir en la zona bebidas alcohólicas o que lleven armas blancas. El control de este tipo de personas sería un primer elemento para evitar la repetición de situaciones de violencia en la zona. "Por ahora el tema está en estudio, en manos de la Abogacía del Estado que informará si estas medidas pueden vulnerar o no los derechos de las personas", añadió Navarro. Los propietarios de algunos locales lúdicos del puerto apuntan, incluso, la necesidad de que los jóvenes se sometan a un detector de metales antes de acceder al recinto. Desde la subdelegación se desconoce si estas medidas se han implantado en zonas de ocio con características y problemáticas similares a la de Tarragona.
El acceso al puerto ahora es libre y el único control existente para acceder a los bares y discotecas lo realizan estos mismos locales mediante vigilantes de seguridad situados en sus puertas. Por eso, la mayor parte de las peleas registradas se inician en las terrazas, en el exterior de los bares, mayoritariamente a la hora de cierre de los locales. "Es raro que las peleas se originen en el interior de los locales, porque el derecho de admisión es reservado", explica uno de los miembros de la Asociación de Comerciantes del Puerto.
Alteraciones del orden público, agresiones, atracos, peleas con arma blanca, enfrentamientos con los porteros e, incluso, en una ocasión uso de armas de fuego son algunos de los episodios que se han vivido en el puerto desde el mes de abril pasado. Los responsables de la Asociación de Comerciantes recuerdan que el cambio realizado en la empresa de seguridad y la existencia de seis vigilantes de la misma en el exterior de los locales, así como la presencia policial, contribuyen a aumentar la seguridad en la zona y a que, por ejemplo, durante este último mes de noviembre hayan disminuido los incidentes violentos. El último episodio se registró el 19 de octubre, cuando un ciudadano kosovar fue detenido por haber agredido a un vigilante que le impidió la entrada a un local.Xavier Arnavat, presidente de la asociación de comerciantes, subraya que los incidentes nunca se han iniciado de forma organizada y que siempre ha intervenido la seguridad del propio puerto hasta que la sucesión de episodios violentos les hizo reclamar mayor presencia policial que, recuerda, "ha tardado mucho en llegar". Arnavat recuerda que hasta hace poco no había patrullas del Cuerpo Nacional de Policía, cuya presencia ahora "sí se nota" y puntualiza que el gran peso de la vigilancia en la zona corre a cargo de la Guardia Urbana y de los propios servicios portuarios. El subdelegado de gobierno siempre ha respondido que no se pueden concentrar todos los esfuerzos del Cuerpo Nacional de Policía en un único punto de la ciudad.
La Junta de Seguridad Local, en la que están representados la administración local y la central, además de los comerciantes, trató el viernes de la necesidad de evitar que los locales atraigan a su clientela mediante el incentivo del consumo de alcohol. La dificultad estriba, como apunta Raúl Navarro, en que no todos los locales pertenecen a la asociación de comerciantes, que sí se ha comprometido a no utilizar campañas del estilo Pague una consumición y beba dos , por lo que es difícil que se dejen de realizar estas campañas.
El puerto deportivo como zona de ocio surgió hace cinco años y tras unas temporadas de gran éxito (los fines de semana puede concentrar entre 8.000 y 16.000 personas, según la época del año), está en fase de consolidación. Atrae a jóvenes de la propia ciudad, de Reus o de Valls y su área de influencia llega, incluso a Salou y Cambrils. Según explicó Arnavat, la mejora de la seguridad del puerto pasa, por ahora, por el mantenimiento de la presencia policial: "Por la cantidad de gente, la situación sería comparable a un partido de fútbol, que reúne tal vez a un milllar de personas y siempre hay presencia policial. Aquí es tan o más necesaria, porque la aglomeración de público es por la noche y hay alcohol de por medio".
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