Zapatero augura que el Gobierno acabará por pedir al PSOE un pacto contra ETA
El PSOE no quiere darse por enterado de que el Gobierno rechaza firmar con el primer partido de la oposición un pacto antiterrorista. Todavía espera que José María Aznar cambie de opinión, y augura que si no lo hace de inmediato, no tardará mucho en hacerlo. Éste es el vaticinio político del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. "La situación del terrorismo nos va a obligar a más unión y más fortaleza que nunca; el tiempo nos dará la razón", dijo ayer Zapatero al predecir, en la clausura del congreso de las Juventudes Socialistas, que el Gobierno acabará por pedir ese pacto de Estado. El PSOE, mientras tanto, mantendrá los contactos informativos con Interior y La Moncloa sobre la lucha contra ETA
"Es preocupante que el presidente del Gobierno rechace el pacto contra el terrorismo que le ofrece el PSOE y que no quiera tenernos a su lado cuando se necesita y se va a necesitar con toda la fuerza posible esa unión; ¿hasta cuándo esta miopía?". Esta reflexión del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se produjo ayer en Madrid, en la clausura del congreso de las Juventudes Socialistas de España, que eligió al valenciano Herick Campos nuevo secretario general. De una manera un tanto críptica, en su intervención pública y en una anterior comparecencia informativa, Zapatero auguró que el Gobierno, aunque ahora lo rechace, pedirá ese consenso a los socialistas. "Pronostico que la propuesta se volverá a poner sobre la mesa; el tiempo nos dará la razón, pero habría que ganar tiempo y anticiparse para ganar a los violentos", insistió.El interés general y la demanda ciudadana de unidad exige ese pacto, explicó el líder del PSOE, quien en el acto público volvió a augurar un replanteamiento de la negativa del Gobierno. "El acuerdo debe producirse ahora y no dentro de unos meses cuando se nos haga un llamamiento al consenso. Quiero que se recuerde esta fecha, la de ayer, cuando", enfatizó, "el Gobierno negó el acuerdo".
Desde el entorno de Zapatero se explicó que "por desgracia" es más que probable que dentro de un tiempo, no muy lejano, la situación se haya "deteriorado tanto" en cuanto a la violencia -desde la ruptura de la tregua, en enero, ETA suma 20 asesinatos- que el Ejecutivo no tendrá más remedio que pedir al PSOE, "y seguramente a todas las fuerzas democráticas", ese pacto formal y por escrito que ahora niega por innecesario.
Estos augurios y reproches no significan en absoluto que el PSOE vaya a hacer una política de oposición al Gobierno en materia antiterrorista, precisaron las mismas fuentes y el propio Zapatero. "Seguiremos en la misma política de responsabilidad porque no vamos a movernos ni por revancha ni con actuaciones que contesten a los desaires del Gobierno", aseguró el líder del PSOE. Por eso las conversaciones bilaterales entre su partido y el Gobierno -con representantes del Ministerio del Interior y La Moncloa- continuarán.
Las palabras pronunciadas el sábado por el secretario general de los socialistas vascos, Nicolás Redondo, respecto a que esas reuniones bilaterales no daban ya "más de sí", no hay que interpretarlas como un cierre a esos encuentros, en los que participan el propio Redondo, el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, y el diputado Alfredo Pérez Rubalcaba, así como tres representantes gubernamentales encabezados por el ministro del Interior, Jaime Mayor. Esas conversaciones son "útiles" y "fluidas" y así continuarán, precisó ayer Rubalcaba, pero ocurre que no tienen el alcance ni la importancia de lo que entrañaría un pacto de Estado contra el terrorismo.
La declaración del líder de los socialistas vascos dio pie al portavoz de Interior del PP, Ignacio Gil Lázaro, a asegurar que su partido y el Gobierno no darán nunca "por cerrada la línea de permanente contacto con el PSOE". Los socialistas tampoco lo harán, aunque se reservan la posibilidad de desgranar en iniciativas parlamentarias los contenidos del pacto antiterrorista que presentaron al Gobierno el pasado martes, y eso llevaría a votaciones públicas en las que se pondrían de manifiesto posibles divisiones entre el PSOE y el Partido Popular.
De nuevo se mezcla la política antiterrorista con la acción electoral en el País Vasco, ante la expectativa de que el lehendakari, Juan José Ibarretxe (PNV), tendrá que convocar elecciones anticipadas. Los socialistas insisten en que hay que distinguir entre la lucha contra ETA y el interés político; el PP, por contra, insiste en vincular ambas cuestiones. El diputado popular Gil Lázaro pidió ayer al PSOE que defina ya "con claridad" su estrategia de alianzas post-electorales. Horas antes, Zapatero había solicitado al PP que no respondiera "a un planteamiento político de Estado con otro de carácter postelectoral".
Los socialistas mantendrán, por tanto, su documento, e incluso ironizan sobre su utilidad para el Gobierno. En el texto figura "como reflexión para el debate" si es conveniente o no que tras cada atentado haya que convocar manifestaciones multitudinarias, ya que con ellas se alargan durante días los efectos de los asesinatos. En esta línea sitúan la declaración que hizo el ministro del Interior tras el último asesinato de los GRAPO, el viernes pasado. Mayor pidió a los medios de comunicación contención en las informaciones para no dar publicidad a los terroristas.
Menos pasado
Pero lo que ayer quiso Zapatero fue hablar de futuro a los jóvenes socialistas y animarles a trabajar para ganar las próximas elecciones generales. Los congregados le recibieron al grito de "¡Presidente, presidente!". El líder del PSOE recordó que estos días se celebran "distintas conmemoraciones", en referencia al 25º aniversario de la muerte del general Franco, la proclamación de la monarquía, e incluso el nacimiento del fundador del PSOE, Pablo Iglesias. Todo se asume; y sobre todo, y con mucho orgullo, la figura de Iglesias, pero "la sociedad española", advirtió Zapatero, "no quiere quedarse ahí, hay que abrir nuevos objetivos y no quedarse en la transición. Menos recuerdos del pasado y más proyectos", pidió."Os veo en forma, os veo socialistas, con capacidad de rebeldía ante este Gobierno mediocre, triste, de derechas, pacato y al que la mayoría absoluta le ha llevado a perder el pulso de la sociedad", dijo Zapatero. "El PSOE del siglo XXI liderará la modernidad de España", añadió en la clausura de este congreso, que elevó a Herick Campos a la secretaría general con el 63% de los votos.
Antes de que Zapatero llegara a la sala, los delegados amenizaron la espera coreando consignas: "¡España, mañana, será republicana!", "¡Ista, ista, ista. España socialista!"; "¡Vote, vote, vote, pepero el que no vote!"...
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