Arafat afirma que la Intifada seguirá hasta conseguir la independencia

El presidente palestino, Yasir Arafat, solicitó ayer a los países islámicos que ayuden a los palestinos a continuar con la Intifda hasta lograr la liberación y la independencia. Mientras el líder de la OLP lanzaba esta petición en el pleno de la Organización Islámica (que se celebra en Doha, la capital de Qatar), proseguía en los territorios autónomos la escalada de la violencia, que se saldaba con cerca de un centenar de heridos y dos muertos: un adolescente en Gaza y un colaborador palestino de los servicios secretos israelíes.

"Nuestro pueblo está más determinado que nunca, con la ayuda de sus hermanos y amigos, a continuar la lucha. Es una sublevación por la libertad y la independencia y para deshacerse de la ocupación" israelí, afirmó ayer el presidente Arafat en una reunión plenaria de la Conferencia de la Organización Islámica (OCI), a la que asisten representantes de 56 países musulmanes y entre los que se encuentran 27 jefes de Estado. Arafat hizo esta llamada de ayuda pocos instantes después de que el presidente iraní, Mohamed Jatamí, expusiera en la reunión un plan utópico de cuatro puntos para llevar la paz a la región y que consistía en poco menos que refundar Israel, para lo que previamente reclamaba el retorno de todos los refugiados palestinos y la celebración a continuación de un referéndum para establecer un Estado pluriconfesional -judíos, cristianos y musulmanes-, con Jerusalén como capital, y en el que se establecería una repartición de territorios.Mientras se debatían las propuestas de ayuda a los palestinos, continuaban ayer originándose incidentes en los territorios autónomos, donde se produjeron gran cantidad de tiroteos, que fueron contestados en la mayoría de los casos por el fuego de las armas pesadas israelíes, especialmente en Ramala, Beit Sahur y Beit Yala. En estas últimas poblaciones resultaron heridos una docena de feligreses católicos, que fueron bombardeados por obuses israelíes mientras abandonaban una iglesia, donde habían participado en la misa del domingo.

Por otra parte, los tiroteos volvieron ayer a entorpecer la misión de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, cuyo convoy se vio atrapado en medio de un tiroteo cuando se encontraba en Hebrón. La emisaria, que se vio envuelta en una situación similar el sábado en Gaza, también fue objeto ayer de agresión por parte de colonos del asentamiento de Kiryat Arba, quienes golpearon su coche y le tiraron piedras.

En medio de este clima de tensión llegó ayer a Washington el primer ministro israelí, Ehud Barak, quien tenía programado entrevistar con el presidente Bill Clinton para tratar de establecer un alto al fuego en la zona. Barak llegó con considerable retraso a la Casa Blanca como consecuencia del incidente creado en Israel a raíz del secuestro del avión ruso, que le hizo iniciar el regreso hacia su país cuando se encontraba sobre Londres, para volver luego a reemprender el viaje a EE UU una vez se rindió el secuestrador.

Barak viajó a Washington mostrando claramente su pesimismo sobre la posibilidad de llegar a un arreglo con los palestinos. El jefe del Gobierno israelí tenía proyectado pasar una semana en EE UU, pero su programa deberá, sin embargo, acortarse para poder asistir al entierro de Leah Rabin, la viuda del primer ministro Isaac Rabin.