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Un superdotado sin suerte

Las aproximaciones que se hagan a la personalidad de Koldo Larrañaga no pueden obviar su errática trayectoria personal y profesional, un dato que parece colisionar con el estudio psiquiátrico que le fue realizado hace algunos meses en la instrucción del asesinato de la letrada Begoña Rubio, que le definía como una persona de constantes psicológicas normales y un coeficiente intelectual muy superior a la media.Superdotado o no, este guipuzcoano que se enfrenta a una pena de 35 años de cárcel, ha transitado por caminos que en ocasiones le han hecho jugar con fuego. Desde que llegó a Vitoria proveniente de Azkoitia en 1979, este estudiante de Magisterio, carrera que no concluyó, ha ejercido como representante, de productos de limpieza, licores y cervezas de importación. También ha montado con otros socios una discoteca en Burgos, un videoclub en Lakua, un lavacoches y un club nocturno. Estas empresas no fueron exitosas en exceso y sus deudas le han llevado en dos ocasiones a los tribunales por estafa y apropiación indebida.

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Tanto el consejero del Interior, Javier Balza, como el fiscal jefe de la Audiencia alavesa, Alfonso Aya, vieron en él tras su detención al posible autor de cuatro crímenes, pero nadie que le ha conocido acierta a verle culpable de una acción violenta así. Sin embargo, sí señalan varios hosteleros que tuvieron contacto con él que nunca ha sido muy afortunado en la elección de sus compañías, y que en muchas ocasiones éstas le llevaron por caminos poco recomendables.

Desde hace más de 17 meses tiene fijada su residencia en el centro penitenciario de Nanclares de la Oca y en este periodo su comportamiento parece haber sido ejemplar, lee mucho e incluso ha mostrado su intención de estudiar informática.

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