Buzones para salvar bebés

El artículo Buzones para salvar bebés, publicado el pasado 3 de noviembre, me ha dado mucho que reflexionar. Me sorprende que una ciudad como Viena tenga tan pocos escrúpulos como para instalar nidos equipados con las últimas tecnologías en las calles para que sus madres puedan abandonar a sus recién nacidos sin ser identificadas ni castigadas por la ley (cito textualmente el artículo).El responsable justificó la presencia de estos buzones diciendo que las mujeres tienen la misma oportunidad que los hombres para ocultar su maternidad. Ah, y encima, si las madres se arrepienten, tienen un plazo de ocho semanas para recuperar al bebé.

Después de estas declaraciones, creo que deberían cambiar el nombre a los buzones por "contenedores de bebés". Las madres y los padres poseen igualdad de derecho respecto a su anonimato; en cambio, ¿qué derecho tiene el indefenso recién nacido, al que se le priva del amor de una familia y es depositado en un compartimento como si fuera la cosa más insignificante de este mundo? El pequeño no ha pedido a nadie venir al mundo. Que el desarrollo de Occidente sea tan óptimo no da derecho a que se llegue a estas medidas de amoralidad. Hoy día, cada vez es más difícil tener un hijo no deseado.

Austria cree que así se van a evitar los malos tratos infantiles, pero hay otros medios en los que la modernidad y las nuevas tecnologías tienen que ser excluidas para solucionarlos. El problema no está en las innovaciones tecnológicas, está en el hombre. Evitaremos inventos tan sorprendentes y a la vez patéticos si la escuela, la familia y los medios de comunicación nos enseñan buenos valores y a utilizar los métodos anticonceptivos (en este caso).- Ariadna Fleck Martínez. Barcelona.