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Negro sobre blanco

Devastación total. Lo que hace tan sólo 24 horas era fundamentalmente blanco, ahora es absolutamente negro. Desde el aire, el almacén central de Fagor, que acogía miles de artículos de su línea blanca, es ahora una mancha calcinada entre los coches de Mercedes y el centro comercial de Eroski. Sin techo y con las paredes reventadas, el inmenso pabellón era la imagen de la ruina. Apagado el fuego, las tareas de desescombro del almacén central de Fagor van a ser complicadas, ya que sólo ha quedado un amasijo de miles de electrodomésticos tan calcinados como las máquinas usadas para su apilamiento y carga. Y todo ello aplastado bajo la estructura metálica de la cubierta del pabellón, derrumbada, afortunadamente, hacia el interior de la nave. Otra cosa hubiera puesto en peligro terrenos y empresas colindantes. Sólo se salvaron los vestuarios y las oficinas, aunque sí resultó dañado el ordenador central.

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Los daños del incendio del almacén de Fagor pueden superar los 10.000 millones
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