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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Narcotráfico

He leído con interés el artículo Coca o muerte, publicado el pasado domingo día 5 de noviembre, y considero que es una nueva oportunidad para cuestionarnos los programas de erradicación de los cultivos de coca auspiciados por los Estados Unidos.Desde la lógica norteamericana, el problema del narcotráfico está en los países productores, y por ello cualquier medida de lucha contra este problema pasa irremediablemente por la destrucción de los cultivos de agricultores que no lograrían mantener una mínima renta si cambiaran esos cultivos por otros tradicionales. Pero creo que hay factores que interesadamente no se tienen en cuenta a la hora de afrontar este problema.

El principal factor es que la demanda de esta droga es principalmente norteamericana: se calcula que existen veinte millones de consumidores diarios de coca sólo en EE UU, que necesitan ser abastecidos y que lo serán siempre, ya sea Bolivia, Colombia o cualquier otro país el que les suministre. Para atender a ese ingente mercado es necesario tener una red de intermediarios, transportistas, traficantes y blanqueadores de dinero que forman una anónima multinacional cuyos beneficios económicos, no nos engañemos, revierten sólo en la economía de este país a través de docenas de paraísos fiscales existentes por todo el mundo.

Otro factor importante en esta guerra es que se olvida el importante papel que están jugando los Gobiernos de los países productores en la erradicación de estos cultivos. Colombia, por ejemplo (antes de que se redactase siquiera el Plan Colombia), es el país más comprometido en la fumigación de cultivos de amapola y hoja de coca. En los últimos años esparcieron glifosato sobre un 60% más de hectáreas de las que les habían reclamado los Estados Unidos. No parece que el resto de países se tome más en serio este trabajo cuando, por ejemplo, el mercado de precursores químicos (básicos para la elaboración de la coca) no ha menguado. Este mercado está controlado exclusivamente por países desarrollados.

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Por tanto, la solución al problema del narcotráfico está al norte del río Grande, combatiendo el blanqueo del dinero de la droga, incidiendo en los consumidores con campañas de prevención, desmitificando la cocaína como droga esnob y evitando la doble moral de quienes en público la denuestan y en privado comercian con ella.- Francisco Javier Polo Brazo. Sevilla.

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