ETA busca la independencia a través de la desobediencia, Udalbiltza y Lizarra
La organización terrorista ETA ha elaborado un plan político para el denominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) apoyado en tres pilares -la desobediencia civil, la Asamblea de Electos Municipales Vascos (Udalbiltza) y el Pacto de Lizarra- para lograr la independencia de Euskal Herria. El documento, titulado Estrategia 2000-2001, descarta con rotundidad la posibilidad de que en ese mundo se pueda debatir sobre la conveniencia o no de la lucha armada, pero no descarta la colaboración con PNV y EA.
"Ritmo lento"
En el documento, avanzado ayer por El Correo, ETA deja claro que la violencia debe permanecer totalmente fuera de la discusión del MLNV, ya que la única prioridad es alcanzar la independencia. "Cuestionar la validez de la lucha armada constituye un falso debate, ya que lo relevante es determinar lo que hay que hacer para que Euskal Herria recupere sus derechos", al tiempo que se defiende que "lo único que cabe es emplear todos los métodos posibles de lucha". ETA retoma su concepción clásica sobre la validez de la violencia, que tiene como objetivo "acentuar la confrontación entre el proyecto unionista y el proyecto independentista, facilitar y acelerar la ubicación en uno u otro proyecto de PNV y EA y demostrar la inutilidad de la vía policial como solución al conflicto". La estrategia diseñada por los terroristas para lograr la independencia del País vasco, Navarra y el País Vasco francés pivota sobre tres posibles vías: desobediencia civil, la Asamblea de Electos Municipales vascos (Udalbiltza) y el Pacto de Lizarra. Elegir una u otra vía posibilitará avanzar más rápido o más despacio hacia el objetivo final y hacerlo en solitario o acompañados por el nacionalismo moderado. Es decir, ETA ha diseñado una estrategia de dos velocidades para lograr la independencia. De hecho, ETA y su entorno político no rechazan la posibilidad de caminar codo con codo con el PNV y EA a través del diseño hacia el soberanismo recogido en Lizarra.
ETA es consciente de que la vía de Lizarra es de "ritmo lento" y se presentaría ante "españoles y gabachos" como un acuerdo entre nacionalistas para solucionar el conflicto, pero con el terrorismo presionando. Un pacto con España y Francia permitiría, según los etarras, "encauzar políticamente el conflicto" y se llegaría a un referéndum con la sociedad dividida al 50%. Para conseguir que la mitad de la sociedad se decante en favor de la independencia, el MLNV utilizará la vía de la desobediencia civil y Udalbiltza. Asimismo, la Asamblea de Municipios Vascos permitiría a los nacionalistas decidir qué ciudadanos y qué territorios tendrían el derecho a participar en el referéndum para la independencia. Unas elecciones en los siete territorios para configurar una asamblea constituyente que se dedicaría a crear una legislación paralela.ETA recupera así en su diseño estratégico algo que ya planteó en el verano pasado a los nacionalistas moderados para convertir en definitiva la tregua, rota en noviembre pasado, y que recibió el calificativo de "estrambótica" por parte del PNV.
Pese a que PNV y EA han decidido congelar la actividad de Udalbiltza, ETA cree que el nacionalismo democrático terminará uniéndose a estas tesis a pesar de los atentados.
El documento de ETA califica la estrategia de la desobediencia civil de vía de "ritmo acelerado" que perseguiría "civilizar el conflicto", involucrando a los ciudadanos con prácticas como el boicot a las instituciones o gestos como el uso del carné de identidad vasco. La izquierda abertzale pretende llevar este proyecto en solitario, desde el convencimiento de que el nacionalismo social, las bases de PNV y EA, asumieron emocionalmente durante la tregua los objetivos del independentismo y las reivindicaciones de los presos. El objetivo de la desobediencia civil consistiría en poner en marcha una agitación social que serviría tanto para apoyar la vía Lizarra o la de Udalbiltza. Y el MLNV cree que estas movilizaciones podrían crear un clima de "soberanía de facto".
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