"La música se escuchará sin fronteras"
Hace 18 años, José María Cámara vaticinaba en un artículo publicado en este periódico parte del fenómeno que estamos presenciando: "Mañana tendremos el disco compacto pasado al ordenador familiar; entonces la industria de la música grabada sufrirá un proceso parecido al de la industria del cine en relación a la televisión, pasando a vender derechos de reproducción en lugar de discos", escribió.Presidente en España de BMG, la discográfica de la multinacional Bertlesmann, ha sido una especie de predicador del impacto de las nuevas tecnologías en el uso y distribución de la música.
Pregunta. La prensa internacional y los expertos han coincidido en calificar la alianza de Bertelsmann con Napster como una revolución, un bombazo, un golpe de efecto. Usted anunciaba, veladamente, hace unos días en un seminario sobre música e Internet en Madrid que esto iba a suceder. ¿Estaban ciegos y sordos todos? ¿Por qué les ha sorprendido tanto?
Respuesta. Desde enero, Thomas Middelhoff viene anunciando públicamente que él, como directivo de Bertelsmann, y el resto de sus colegas en el consejo directivo, harían todo lo que estuviese en su mano para que Bertelsmann pase a ser el operador número uno de comercio electrónico en el mundo, y BMG, la primera compañía distribuidora de música grabada. Sus declaraciones públicas respecto a Internet, Napster y la música grabada alcanzaron su cénit en su conferencia en Popkomm (feria musical alemana), en agosto pasado, sin posibilidad de equívoco al respecto. La falta de consistencia habitual entre la prédica y la práctica no va con Middelhoff. Lo que dice lo cumple. Ahí está el origen de la sorpresa, me parece a mí.
P. En el último número de la revista Wired el abogado de Napster, David Boies, dice que "las compañías discográficas actúan como un cartel, y que su aproximación a Napster estaba coordinada". Las agencias de prensa hablaron, después de la alianza, del helado silencio de las otras discográficas ante el paso de Bertelsmann. ¿Qué pasa? ¿Había un pacto secreto que BMG ha violado?
R. Está claro que el abogado de Napster estaba haciendo su papel cuando acusaba de cartel a las compañías discográficas. Habrá que ver qué dice ahora. Presentar el problema empresarial común de la defensa de nuestros derechos y los de nuestros representados como un planteamiento de cartel es un truco demasiado pueril. La prensa recoge el silencio propio de la competencia ante un paso audaz que abre unas expectativas sólo intuidas por visionarios y que acabarán beneficiando a todos los creadores y empresarios de esta industria, sin excepciones. A mi juicio, este movimiento ofrece la doble ventaja de beneficiar tanto a la compañía que ha tomado la iniciativa como al conjunto de los agentes creativos y empresariales del sector. Si ello no sucede, algo habríamos hecho mal, y éste es uno de los objetivos esenciales del movimiento: cambiar las expectativas de futuro de todo el negocio de la música y no sólo las de Bertelsmann o BMG. Pero siempre hay quien no se quiere enterar.
P. ¿Qué pasa en España con la venta de música on line? ¿La alianza tiene alguna repercusión aquí?
R. Internet no tiene fronteras duraderas y esta alianza tiene carácter global. Por lo tanto, el mercado español de la música también se beneficiará de este nuevo mercado y modelo de negocio, que se vendrá a sumar a los ya existentes en nuestro territorio. La tardanza en disponer de banda ancha [que permite las descargas de ficheros de Internet a mayor velocidad] y otros refinamientos tecnológicos será mero recuerdo en breve.
P. ¿Y qué pasa en Europa? ¿Nos vamos a quedar atrás?
R. Como entorno político y área de negocio Europa tiene sus problemas propios, al margen de la cuestión central. Hablando de la música, estudios independientes pronostican un desarrollo más lento de la industria europea que la norteamericana en la próxima década, en base a una mayor presión de la piratería en todas sus formas, una fiscalidad más elevada sobre la música grabada que en Norteamérica, en un mundo sin fronteras y un peor desarrollo del marco legal en que debe florecer el comercio electrónico.
P. ¿Cuáles son los frenos? ¿Hay leyes que deban cambiarse para que se rompan también aquí las barreras?
R. Europa está muy lejos de operar de un modo eficiente como ámbito político y económico, como es obvio. En ese contexto, la regulación de los derechos de propiedad intelectual o las reglas del juego del comercio electrónico, además de una más deficiente penetración de las nuevas tecnologías en comparación con Estados Unidos, son sólo algunos de los aspectos que se requieren para no perder todas las carreras hacia el futuro en la nueva economía.
P. ¿Tienen futuro las páginas de cada uno de los grandes sellos para vender su música online o se va acabar esa fórmula porque con Napster se demuestra que es más efectiva la creación de una "comunidad" alrededor del artista y no de la marca?
R. Los sellos queremos el contacto directo con el consumidor y, por lo tanto, del conocimiento del usuario final, y no sustituir la labor del distribuidor, labor que consideramos esencial y altamente especializada. Ningún sello resulta por si sólo atractivo para merecer la visita del usuario final, si éste no está seguro de encontrar todo el repertorio que busca. Ésa es una función que sólo hará con objetividad el retail, el distribuidor. Y yo no me cansaré nunca de animar a los distribuidores para aprovechar todas las oportunidades de negocio que ofrece la nueva economía, cuya integración y fertilización con la economía tradicional producirá un mercado muy superior al actual, pero también más exigente con el consumidor, erigido en un juez poderoso como nunca antes en la historia.
Babelia
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