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ELECCIONES 2000

Bush sufre una masiva campaña demócrata que pone en duda su sinceridad y su capacidad de liderazgo

A cuatro días de las elecciones, cuando disfrutaba de ventaja en todos los sondeos y acababa de recibir el apoyo del multimillonario Ross Perot, el fundador del Partido Reformista, George Bush tuvo que lidiar ayer con uno de esos golpes bajos típicos de la política estadounidense. En el momento en que una masiva campaña de publicidad demócrata ponía en duda su capacidad de gobernar, el pasado, en forma de una detención por conducir bebido en 1976, golpeó al candidato republicano. Los analistas republicanos coinciden en que la ocultación de ese hecho puede perjudicar a Bush.

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"Responsabilidad es aceptar los errores y yo cometí algunos de los que no me siento orgulloso", dijo Bush ante los aplausos de sus seguidores en Gran Rapids (Michigan). Aunque Bush intentó seguir con su plan previsto, la historia de su detención hace 24 años dominó todos los noticieros. Al Gore rehusó comentarla y prefirió destacar un traspié cometido el día anterior por su rival: la afirmación de que la Seguridad Social no depende del Gobierno federal.Gore relacionó ese error monumental de Bush con la campaña de publicidad desencadenada por el Partido Demócrata este fin de semana en 17 Estados indecisos, incluidos Michigan, Florida, Winsconsin, Misuri y Pennsylvania. Esa ofensiva televisiva pone en cuestión que Bush esté capacitado para asumir la Casa Blanca. "Bush", dice el anuncio, "promete el mismo billón de dólares para la Seguridad Social a dos grupos diferentes. Y despilfarra el superávit en beneficio de una reducción de impuestos para los que ganan más de 300.000 dólares. ¿Está capacitado para liderar América?".

Gore y su lugarteniente, Joseph Lieberman, machacaron ayer esta idea en sus intervenciones. "Gore se está gastando más de 60 millones de dólares en ataques publicitarios, convirtiendo ésta en la campaña más negativa de la historia", declaró Dan Barlett, un portavoz de Bush. Observadores independientes señalaron que el negativismo de Gore y sus aliados en los últimos metros de la carrera, que incluye anuncios que vinculan a Bush con la muerte de un enfermo y con un asesinato racista en Tejas, expresa un creciente temor a la derrota. "Sólo te la juegas así cuando piensas que puedes perder", dijo Darrell West, especialista en publicidad política de la Universidad de Brown.

Bush llevaba ayer una ventaja de tres o cuatro puntos (47%, frente a 43% en el de CNN-USA Today-Gallup en todos los sondeos), pero eso era antes de que el pueblo estadoundiense hubiera digerido la noticia de su problema con la ley en 1976.

Nadie se atrevía a indicar cuál será el efecto en las elecciones del martes. A unos puede confirmarles sus dudas sobre Bush; otros pueden pensar que casi todo el mundo se ha emborrachado alguna vez; algunos pueden incluso reaccionar contra Gore.

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Acompañado de su esposa, Laura, Bush reconoció en la noche del jueves, al poco de difundirse la noticia, que el día de la festividad del Trabajo de 1976 fue detenido en una carretera de Kennebunkport (Maine) cuando conducía demasiado despacio bajo la influencia del alcohol. Estaba acompañado por su hermana Dora, el tenista australiano John Newcombe y otras dos personas, y todos habían estado bebiendo en un bar. Era el final de las vacaciones de verano, que Bush, de 30 años, soltero y sin la menor relación con la política, había pasado en la residencia de sus padres en esa zona. Bush no llegó a ser encarcelado. Aceptó los hechos ante el policía, pagó una multa de 150 dólares y vio suspendido su permiso de conducir por un mes.

Secreto para las hijas

"En el pasado bebí alguna que otra vez demasiado, como aquella noche. Pero aprendí la lección. Desde que cumplí los 40 años, de eso hace 14, no he bebido una gota", dijo Bush. El candidato republicano explicó que nunca había confesado ese episodio de su pasado para no hacer daño a sus dos hijas gemelas. "No quería hablar de esto delante de mis hijas", dijo.Cuando WPXT, una cadena de televisión de Portland (Maine) afiliada a Fox, difundió la noticia, Laura telefoneó a Jenna y Barbara para contársela. Bush declaró irónicamente que el momento en que esta revelación ha salido a la superficie es "interesante". Y, preguntado sobre su posible origen, declaró: "Tengo mis sospechas".

Sin querer entrar en esta historia, la campaña de Gore machacaba las diferencias de talla entre los candidatos demócrata y republicano. Gore, decía un anuncio, "tiene la experiencia para ser presidente. Su vida, desde Vietnam al Senado, siempre ha sido de servicio".

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