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Gordon Lewis afirma que el 'gore' ha triunfado porque "el ser humano tiene sed de sangre"

Maribel Marín Yarza

El cineasta Herschell Gordon Lewis y el productor David. F. Friedman escribieron una página sangrienta pero imprescindible de la historia del cine americano. Intuyeron las preferencias del público, supieron explotarlas y crearon el cine gore. "El ser humano", dijo ayer Lewis, "siempre ha tenido una enorme sed de sangre". De ahí el éxito de este subgénero. La Semana de Cine Fantástico y de Terror donostiarra proyecta hoy tres de los títulos más emblemáticos de los padrinos del gore, que ayer anunciaron su intención de realizar una película en España.

"Son entretenimiento"

Herschell Gordon Lewis y David F. Friedman parecen dos personajes sacados de una película de lores ingleses. Nadie diría que estos dos venerables ancianos fueron los primeros en llevar la sangre y la mutilación a la gran pantalla, los primeros en sacar rentabilidad a "la enorme sed de sangre del ser humano". "Es un hecho consustancial a nuestra propia naturaleza", dijo ayer Lewis, "somos unos voyeurs culturales". Este matrimonio cinematográfico no se estrenó en el cine con el gore. Ambos comenzaron su carrera cinematográfica en el terreno de las películas con desnudos, producciones que les reportaban importantes beneficios y no requerían demasiado esfuerzo. Pero la censura de Hollywood se relajó con el tiempo y cada vez resultaba más difícil acercar a los espectadores a las salas.

Sólo entonces decidieron explorar un nuevo camino, del que ayer hablaron largo y tendido en San Sebastián. "Blood Feast fue una película experimental, una apuesta a ciegas", reconoció ayer Lewis. "No sabíamos si estábamos haciendo una película para nosotros o para el público". Friedman añadió: "Desconocíamos qué impacto iba a tener". Ambos ignoraban también que se convertirían en precursores de películas como La matanza de Texas o Viernes 13.

Nadie les arropó en aquellos momentos. Ni siquiera las personas más cercanas. Las conclusiones que sacaron del pase privado no fueron nada alentadoras. Friedman recibió de su mujer la respuesta más rotunda: "Es vomitiva". Pero supo sacarle jugo a la crítica y decidió repartir bolsas entre el público que asistió al estreno, como reclamo publicitario. No creyeron en ellos ni los grandes estudios ni la crítica. "Entendieron esta película como un ultraje, una bofetada", recordó Lewis. "Los grandes exhibidores se negaban a proyectarla hasta que vieron la reacción del público, los ingresos en taquilla y cambiaron de actitud". El éxito les llevó a rodar 2000 Maniacs en 1964, o Color me blood red en 1965, entre otras.

Precisamente, esos dos títulos y la película que inauguró el género conforman en ciclo con el que hoy se les rinde homenaje. Estas películas ha perdurado a lo largo del tiempo. Coinciden ambos en que la clave es que "el público ha entendido que son entretenimiento". "Hicimos películas fantásticas, sacadas del cómic, con mucho sentido del humor, muy distintas a las que se hacen hoy", señaló Lewis. "Las producciones contemporáneas son demasiado serias y están tomando una dirección bastante extraña". ¿En qué sentido? Lewis responde: "Lo que no me gusta es que se tomen tan en serio y que los directores incluyan sustos aunque no tengan que ver con la trama, sólo para que la gente se dé cuenta de que están viendo una película de terror". Y aludió a The Blair witch project, uno de los grandes éxitos del género del momento, que se proyecta hoy en la semana. "En mi opinión, aún a riesgo de hacerme impopular, esta producción es un gran paso atrás en la realización de películas. No tiene nada que ver con la técnica de hacer cine, sólo con la publicidad", dijo. A Friedman le salió su vena de productor y terció en el asunto: "Es una de las cosas más ingeniosas que he visto. Pienso que es basura, pero a la gente le entretiene. Y además me descubro ante un proyecto que costó dos duros y que ha reportado 100 millones de dólares de beneficios". Lewis y Friedman saben que merecen al menos una nota a pie de página en la historia del cine norteamericano, pero no se dan por satisfechos. Ayer anunciaron que han entablado contactos para realizar una película en España, que podría ser secuela de sus dos primeras cintas. Lo anunciaron momentos antes de que el coreano Kang Je-Gyu presentara Shiri, la película que clausurará el certamen mañana en su estreno español. La cinta, una entrega de acción trepidante, ha batido todos los récords de taquilla en su país.

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