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Gerencia recomendó de puño y letra a gente inscrita en la bolsa de la Fundación Servicio de Empleo Valenciano

La fragilidad y las grietas aparecidas en la gestión de la Miguel Hernández y el malestar hecho público en las últimas semanas por catedráticos y profesores forzaron a la gerencia, el miércoles 26 de octubre, a recoger las firmas de todo el personal no docente (a través de diversos jefes de servicio) en apoyo a un escrito. En él, los administrativos se muestran "molestos por las descalificaciones vertidas en varios artículos". En realidad el manifiesto firmado es consecuencia de la interinidad que vive más del 90% de la plantilla no docente, cuyo origen se remonta a la inexistencia de una Relación de Puestos de Trabajo (que todas las universidades de reciente creación, como la Politécnica de Murcia, han puesto en marcha en su primer año de funcionamiento) y la sustitución de este instrumento legal por un sistema de contratación instrumentado por la gerencia a través de la bolsa de trabajo que se puso en marcha en noviembre de 1997, en la oficina de la Fundación del Servicio Valenciano de Empleo de Elche. La mayor parte de los 225 puestos de trabajo que en la actualidad revisa la Dirección de Universidades (excepto los 66 funcionarios readscritos de la Universidad de Alicante y de la Politécnica de Valencia) salieron de esa bolsa de empleo que funcionó sin baremación hasta el 11 de noviembre de 1998 y que, una vez publicada en el DOGV, siguió siendo utilizada de forma irregular por la gerencia y varios vicerrectorados, según consta en los escritos de recomendación de los numerosos familiares y amigos del equipo que dirige la Miguel Hernández, a los que también ha tenido acceso este periódico.

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De esta manera fue contratada, por ejemplo, Helena Rico, cuñada del presidente de la comisión gestora, cuya recomendación firmó el gerente de su puño y letra. Otras recomendaciones las firmaron el vicerrector de Asuntos Económicos, José María Gómez Gras, y José Joaquín Mira, responsable del Servicio de Gestión y Control de la Calidad, que trabajó como profesor asociado en el departamento del que procede el presidente de la gestora.

Ejemplos como el de una ciudana inglesa de 58 años con estudios de primaria de los que no tiene certificación, propuesta para desempeñar funciones administrativas y de traducción, son sólo el reflejo de un escenario plagado de estrechas connivencias con miembros de la comisión gestora y del propio PP. Así, el uso de la bolsa ha defraudado las expectativas de 8.000 personas que presentaron su solicitud, confiados en la igualdad de oportunidades para acceder a la administración pública.

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