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Reportaje:

Difuntos en tránsito

Los muertos del cementerio de Cádiz aún no descansan en paz. Yacen entre cuarteladas que se caen, lápidas que se desprenden y en medio de un incesante pero lento proceso de traslados al cementerio mancomunado de Chiclana, inaugurado el 23 de enero de 1992. Entonces, el Ayuntamiento estableció un periodo de 10 años para trasladar todos los restos. Ha sido necesaria una prórroga de cuatro años: las familias de los difuntos se resisten a los traslados, más por motivos económicos que sentimentales. El traslado de 18.412 nichos del camposanto de San José condiciona el cierre del cementerio de Cádiz.Durante los ocho años que han transcurrido desde que un juez dictó la clausura del cementerio gaditano, declarado en ruinas, sólo se han trasladado 15.951 restos, el 46% del total. Resta aún el 53% de los enterramientos, la mayoría nichos. El ritmo es más lento de lo esperado, aunque el Ayuntamiento espera que, con el ultimátum de 2006 a la vista, se acelere. Los traslados más baratos salen por 80.000 pesetas. Pero a esa cantidad hay que sumarle el coste de la exhumación, el precio del osario, los gastos sanitarios y la adquisición de un nuevo nicho en el mancomunado. En total, no menos de 180.000 pesetas, aunque hay quien invierte varios millones de pesetas en un panteón.

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El Ayuntamiento abrió cuatro líneas de ayudas, que van desde la gratuidad total para familias sin recursos hasta un curioso sistema de entregas a cuenta, "como los antiguos diteros", dice Francisco Vivas (PP), el concejal responsable de la instalación.

El Ayuntamiento ha buscado una solución para los restos que no sean traslados o reclamados por sus familiares una vez vencido el plazo y comienza a pensar en la zona verde que se alzará sobre el actual paisaje de nichos, en primera línea de playa. Los enterramientos sin reclamar se introducirán en recipientes individuales en el interior de una pirámide, idea ganadora del concurso convocado. El exterior de la pirámide lucirá además una placa con el nombre de cada una de las personas que han estado enterradas en el camposanto gaditano.

El cementerio está informatizando datos de hace dos siglos sobre todos los enterramientos. La zona verde se está sembrando césped. La ley establece que ese suelo no podrá tener otra dedicación durante 50 años.

El cementerio de San José se inauguró en 1800 para enterrar a más de 7.000 personas que habían fallecido a causa de una epidemia de peste amarilla. Los bajos de las iglesias no tenían entonces ni un hueco libre. "El problema es que el material que sustenta los nichos y las paredes tiene dos siglos y si rascas un poco hay más arena que cemento", explica el concejal responsable del cementerio, quien ha ordenado que los arquitectos municipales evalúen la situación de las cuarteladas semanalmente. "Prefiero declarar en ruina algunas zonas y hacer los traslados gratuitamente a que se produzcan derrumbes, que dejan gran confusión y son traumáticos para las familias", añade. En los últimos años se han venido abajo dos cuarteladas.

El camposanto está hoy plenamente integrado en la trama urbana de la ciudad, aunque hace dos siglos no era más que una zona de campos.Hoy, es tiempo de mudanza. Mientras, los gaditanos ya especulan con el nombre del parque que arraigará en su superficie: El Retiro o El Descanso.

Los espléndidos panteones de Ramón de Carranza y Moreno de Mora, han sido trasladados y montados, pieza a pieza, a Chiclana. No llegará a ejecutarse, por tanto, la propuesta del catedrático de Historia de la Universidad de Cádiz Alberto Ramos Santana, quien sugirió al Ayuntamiento que la futura zona verde albergara un parque con los mausoleos. El Ayuntamiento no consideró apropiado "que los niños jueguen entre tumbas", según opinión de Vivas, aunque Ramos defendía el proyecto "a la manera de la cultura inglesa".

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