La dirección y los sindicatos de prisiones abordan hoy la seguridad de los funcionarios

La dirección de Instituciones Penitenciarias y los sindicatos de prisiones se reúnen hoy para discutir acerca de las medidas de seguridad. En principio, la primera opina que la situación no es más alarmante que de costumbre para los funcionarios y que el comunicado de los reclusos etarras de Granada sobre su responsabilidad "tanto a nivel individual como de grupo represor" es uno de tantos. Sin embargo, los representantes de estos empleados públicos, 19.000 en total, sostienen lo contrario y se remiten al asesinato de su compañero Máximo Casado en Nanclares de la Oca, que se produjo una semana después de dicha carta.Lo de menos es que los familiares de los etarras pasen ante las garitas de vigilancia gritando "gora ETA" o que los presos se declaren víctimas del imperialismo español y torturados por su Justicia y se nieguen a participar en cualquier actividad. Lo que de verdad hiela la sangre a los funcionarios es cuando, por practicar un cacheo o no permitir una llamada telefónica, oyen frases como "usted deberá atenerse a las consecuencias" o "le va la marcha, ¿verdad?". La traducción fluctúa entre la bomba lapa, el secuestro o la denuncia ante el juez de vigilancia penitenciaria.

Todos los funcionarios consultados coinciden en que los presos etarras son educados, fríos y distantes. Rehúyen el enfrentamiento directo con ellos, pero aprovechan el mínimo resquicio para denunciarlos. Estas protestas, según un director de prisiones, "son siempre iguales. Escritas con distinta letras y distinto puño, pero con las mismas expresiones de "preso político vasco se dirige a usted para acusar la opresión..."

Por otro lado, el diario Gara, citando fuentes de Senideak, publicó ayer que cuatro internos de la banda terrorista han sido trasladados desde cárceles del País Vasco a otras situadas fuera de la comunidad y que otros ocho han sido alejados aún más de ésta.