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El Ejército peruano protege a Montesinos ante el intento de Fujimori para capturarlo

La oposición califica de "payasada" y "cacería de opereta" la operación de búsqueda

La frenética búsqueda del ex jefe del servicio de inteligencia (SIN) Vladimiro Montesinos, en la espectacular operación policial y militar iniciada el miércoles y que dirige personalmente el presidente Alberto Fujimori, está destinada al fracaso porque el fugitivo cuenta con la protección del Ejército y del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general José Villanueva Ruesta, según informaron a EL PAÍS fuentes militares. Montesinos cuenta con el suficiente respaldo militar para frustrar su captura, lo que desprestigia aún más al presidente y profundiza la crisis de su movimiento político, cada día más dividido.

Con la actitud de asumir el papel de sheriff en una película de cowboys, Fujimori incorpora ribetes tragicómicos a una crisis política de mucho mayor calado que amenaza con dejar a Perú al borde de la ingobernabilidad. Veinticuatro horas después del inicio del sorprendente operativo, el presidente seguía buscando ayer por tierra y aire en el distrito limeño de Chaclacayo a quien fue durante diez años su asesor principal y amo y señor del poderoso aparato policial y militar peruano. El primer capítulo de lo que ya empieza a llamarse "la caza de Montesinos" concluyó con estruendoso ridículo para el presidente.

Después de cinco horas de búsqueda, el mandatario compareció ante los periodistas con las manos vacías para decir que no se trataba de una búsqueda para detener al fugitivo, sino "para ubicarle", que las operaciones seguirían "día y noche" de manera silenciosa (a pesar de que sus pasos fueron seguidos en directo por medios de comunicación de todo el mundo), y que contaba con el apoyo de todos los miembros de las Fuerzas Armadas.

Las fuentes consultadas por este diario aseguran que desde que Montesinos pisó suelo peruano en la base aérea de Pisco, procedente de Panamá, la madrugada del lunes, el presidente perdió todo contacto con su ex asesor. En diversas acciones que provocaron sorpresa, cuando no hilaridad, Fujimori recorrió un buen número de dependencias militares, siempre a la luz de las cámaras de televisión, desconociéndose los verdaderos motivos de las visitas.

El martes fueron detenidos cuatro oficiales estrechamente vinculados al antiguo jefe del SIN: los coroneles Roberto Huamán y Jesús Salvador Zamudio y los capitanes Mario Ruiz y Wilbert Ramos. Fueron trasladados esposados al palacio presidencial, donde el propio presidente les interrogó sobre el paradero de Montesinos. El arresto de estos oficiales provocó la indignación del jefe del Comando Conjunto, general Villanueva, que exigió su puesta en libertad inmediata.

Fujimori perdió el primer pulso con el jefe militar. Liberó a los detenidos, pero de Montesinos no había ni rastro. El presidente siguió buscando. El martes se fue en otro viaje sorpresa a Pisco, en cuya base aérea aterrizó el ex jefe del SIN procedente de Panamá. Las averiguaciones del presidente no tuvieron éxito, hasta que el miércoles decidió lanzar una operación de amplias proporciones con gran cobertura mediática.

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La supuesta orden de detención de Montesinos recibió el aplauso del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la mayoría de líderes de la oposición.

Poco después, cuando trascendió el fracaso de la operación de captura, los parabienes a Fujimori dirigidos desde las filas de la oposición dieron paso a calificativos como "cacería de opereta", "show mediático", "payasada" o "pantomima".

El supuesto acuartelamiento de las fuerzas militares policiales ordenado por Fujimori ha sido puesto en duda por algunos medios, como el diario La República, que publicó ayer que ninguna de las sedes de las regiones militares estaba en tal situación, y citaba los ejemplos del Círculo Militar de Lima, donde se celebró una reunión social con orquesta incluida, y de la División Blindada, en la que los oficiales entraban y salían con absoluta normalidad.

Hay pocas dudas de que Montesinos se encuentra en alguna instalación del Ejército, sin duda la institución armada que le es más leal. En la zona de Chaclacayo hay varias instalaciones militares, residencias de oficiales y algunas propiedades de generales como el jefe del Comando Conjunto y del propio Montesinos.

Anoche, las Fuerzas Armadas no habían emitido comunicado alguno sobre un operativo en el que está implicado un buen número de sus integrantes y que se desarrolla precisamente en instalaciones militares. En otras palabras, no han hecho ningún pronunciamiento explícito de lealtad al presidente de la República y comandante supremo de las Fuerzas Armadas, Alberto Fujimori.

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