"Tan malo es mezclar la paz con soberanía como con echar al PNV"
Que un activo militante peneuvista se pregunte si el nacionalismo vasco tiene futuro, en los complicados tiempos que corren para el PNV, evidencia cierto arrojo intelectual. Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), profesor de Filosofía en Zaragoza, lo hizo ayer, invitado por la Fundación Sabino Arana. Este nacionalista afincado en Navarra e inmerso en la globalización cree que el PNV volverá a la senda del autonomismo y a pactar con el PSE.Pregunta. Su respuesta a la pregunta será positiva, ¿no?
Respuesta. El nacionalismo vasco sólo tendrá futuro si comprende la nueva lógica social y política resultante de la fragmentación, desterritorialización, globalización, pluralización a las que asistimos. La globalización impone cambios a todos. Los filósofos ponemos las cosas siempre lo peor posible en contraposición a los políticos, que hacen al revés.
P. Pues parece que la peor de la situaciones le ha visitado al PNV tras estos dos años: ha variado radicalmente su credo ideológico, ETA mata y HB está fuera del Parlamento.
R. La ponencia aprobada en la última Asamblea General está condicionada por los dos últimos años y por la operación en la que se embarcó el partido. Urge cambiar de estrategia y recuperar nuestra tradición conceptual, mucho más liberal y autonomista. Y, desde luego, no caer en el error de mezclar paz con autodeterminación, como hicimos. Es justo hacia donde va el lehendakari.
P. Pero yo le pregunto por el partido y su dirección.
R. Es que Ibarretxe incide de manera inmediata en la opinión pública, mientras que en el partido es más lento. Pero la reflexión ya está hecha y queda claro que paz es paz a secas. Pero, ojo, también es un error vincular, como hacen otros, paz con sustitución del PNV-EA. De este fracaso coyuntural todos hemos sacado una lección: hay que plantear las cosas en términos de convivencia y de integración, no de exclusión de nadie.
P. Pero es que hay gente que cree que aquí se vive una situación de emergencia y salen a la calle con el lema "ETA no. Por la Constitución y el Estatuto".
R. La disyuntiva constitucionalista-soberanista es innecesaria. En Euskadi estamos obsesionados con el tema del marco, bien porque por pensar que es inamovible o bien porque hay que sustituirlo. Suelo decir que la Constitución del 78 es un estatuto de autonomía, inexplicable e inaplicable si no se tienen en cuenta los estatutos, los grandes tratados internacionales, el acta fundacional de la UE. La Constitución no es algo cerrado. Cada vez que se ha hecho un estatuto se ha corregido la Carta Magna. Pero hay que situarse en un nivel diferente al de la confrontación.
P. ¿Y diciendo esas cosas está usted cómodo en el PNV?
R. Históricamente, este partido ha tenido bastantes tensiones entre lo estatutario y lo soberanista. Y siempre ha ganado la primera [opción]. Y, más allá de escaramuzas concretas, esa tradición seguirá vigente.
P. Me sorprende que califique de "escaramuza", el deslizamiento del PNV por la senda de la autodeterminación.
R. El proceso vivido durante estos años en torno a Lizarra y la tregua estaba planteado de manera muy hipotética y se concedió un margen a los dirigentes que al final no ha funcionado. Ahora, en el PNV nadie va a dar un cheque en blanco para una aventura en relación con el mundo de ETA sin mayores garantías. Eso lo ha aprendido hasta Egibar.
P. Pero Arzalluz y Egibar mantienen la necesidad de seguir hablando con HB-ETA.
R. Este partido, ahora, no toleraría una operación similar y habría que hacer muchas correcciones. Pero, sobre todo, una: no podemos embarcarnos en esto solo los nacionalistas. El PSOE y el PNV conforman el eje básico de este país. Aunque entiendo que hay que restañar muchas heridas.
P. Pero el PSOE ve "atrincheramiento" en la resistencia de Ibarretxe a convocar elecciones o en la negativa del PNV a soltar el "lastre" de Lizarra.
R. En realidad, estamos dando ocasión a la gente para que se recoloque; incluido el partido socialista. Tan legítimo es presentar dos mociones de censura sabiendo que no van a salir adelante, como que el lehendakari se dé un tiempo para convocar elecciones. No sé qué plan tiene Ibarretxe, pero no creo que tarde. Todavía no hay un problema de convivencia, pero podría haberlo en Euskadi.
P. ¿Ante la hipotética reedición de un gobierno de coalición PNV-PSE, qué se puede esperar de HB y ETA?
R. Ni les podemos convencer, ni les podemos vencer policialmente. En ese mundo, cualquier operación dirigida a conseguir algo inmediato está condenada al fracaso. Los fenómenos de violencia política inercial y absurda, cuando se dan una serie de circunstancias, como la presión y deslegitimación, caen sin que nadie haya hecho nada especial. Caen por pérdida de fuerza, por sentido del ridículo.
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