Aznar afirma que hay que cambiar el Gobierno vasco para que no haya más "exiliados"

José María Aznar afirmó ayer que para evitar que siga aumentando el número de vascos que optan por irse de su comunidad autónoma para escapar de las presiones de los violentos resulta imprescindible un Gobierno distinto del que ahora preside el PNV. Aznar reiteró su propuesta de "una alternativa democrática de libertad para el País Vasco" en respuesta a una pregunta sobre la decisión de la viuda de Máximo Casado de abandonar Euskadi. El presidente indicó que la reforma de la legislación antiterrorista no incluye la ampliación de penas para los etarras que no se arrepientan.

El presidente del Gobierno se negó a considerar que el anuncio hecho por Concepción Jaular, la viuda del funcionario de prisiones asesinado por la banda terrorista ETA en Vitoria el pasado domingo, sea una "derrota" del Estado de derecho. "Hay que comprender lo que significa la reacción de una persona a la cual acaban de asesinar a su marido", dijo."Lo primero que hay que saber es apreciar la situación", añadió, "y, como hemos dicho muchas veces, no estamos ante situaciones fáciles y, por tanto, lo que hace falta es seguir trabajando sin ningún tipo de confusión. Lo que hace falta es una alternativa democrática de libertad en el País Vasco, que garantice que los ciudadanos puedan sentirse tranquilos en lugar de tener que marcharse".

"Inaceptable"

"Es inaceptable que en este momento europeo y en este momento español se puedan producir todavía exilios internos o exilios externos por la coacción o por la violencia, y es inaceptable que haya gente capaz de mantenerse neutral ante semejantes circunstancias", dijo más adelante. "Han sido demasiados errores, demasiadas equivocaciones", comentó también, en referencia a los dirigentes nacionalistas vascos.Aznar razonó, en consecuencia, que los ejes básicos de la política antiterrorista del Gobierno -"la aplicación del Estado de Derecho, la promoción de la alternativa de libertad", que en otras ocasiones ha definido como un Gobierno de populares, socialistas y eventualmente de nacionalistas moderados, "y el reencuentro de un número cada vez mayor de ciudadanos en torno a las instituciones"- no son sólo "una vocación política" de su partido sino "un deber democrático".